Gerenciar Personas Felices: Nuevo Desafío De Los Líderes
Un Gerente de Felicidad está por encima de los jefes, motivadores, mentores y maestros. Porque va más allá de motivar, planificar, acompañar y enseñar, busca principalmente que el individuo sea feliz.
Con el paso del tiempo ha cambiado bastante la percepción que se tiene con relación a los colaboradores. La transición primordialmente se ha hecho con un cambio de enfoque desde el HACER hacia el SER.
Por ejemplo, en la era industrial, se esperaba que la gente sólo obedeciera y siguiera instrucciones, si algo salía mal se debía repetir las veces que fuera necesario. Aquí se evidenciaba un liderazgo autocrático donde predominaba la dominación, las diferencias de estatus y de poder, así como las decisiones unilaterales. Posiblemente se podría encontrar como rasgos del empleado en ese momento, inseguridad, nula creatividad y participación.
Cambiando a otra era distinta, la de calidad total, además de ser eficientes debían ser efectivos cometiendo el menor número de errores. Con la era del servicio, había un énfasis en el cliente externo y aunque se miraba sobre todo al personal de cara al cliente, poco a poco se fue entendiendo que el impacto final en la atención es una cadena y había que mirar también hacia los cargos que constituían el middle y back office (posiciones o áreas de cara a la atención del cliente).
En la actualidad, podría decirse, que estamos en la era de la felicidad. Con esta nueva tendencia ha habido un mayor énfasis en las personas. Ahora se ha entendido que para que haya un excelente servicio al cliente final, debe haber un enfoque e interés en cada ser humano al interior de la organización y para ello, el papel que cumple cada líder es vital si se quiere asegurar una cultura de felicidad y productividad a lo largo de la organización que sea sostenible en el tiempo.
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Finalmente, las organizaciones ya no están buscando jefes y se ha entendido que el líder no es el que más sabe, sino el que mejor sabe dirigir. Los líderes están llamados a ser compasivos, a enseñar, a guiar, a desarrollar, a confiar y a apoyar.
Es así como los líderes deben aprender a trabajar en equipo, no sólo con sus pares, sino con las personas a su cargo, entendiendo que las personas después de pasar un proceso de selección están capacitadas para estar allí y que quieren autonomía para poder hacer mejor lo que saben hacer y quizá lo que más cuesta generalmente es, desprenderse de la idea de que “lo debe saber todo”.
Debemos crear consciencia y hacer un llamado para que no sólo trabajen en su discurso, sino en dar ejemplo en todo momento de cómo gerenciar equipos tan diversos para que al interior de la empresa se respire una cultura en felicidad organizacional.
En conclusión, hoy se busca que las compañías sean rentables a través de la armonía y felicidad en sus equipos, lo que únicamente se va a lograr si se tienen líderes carismáticos con un balance ideal entre conocimiento técnico y habilidades blandas, que valoren a las personas, den esperanza, piensen en los demás, sean inspiradores y muy importante, estimulen intelectualmente a sus compañeros para promover la lealtad y crear fuertes compromisos que faciliten la consecución de las metas proyectadas con el arte de Gerencias personas más que recursos.