Gestión Agro :"¿Estás listo para ser dejado atrás por el mercado?"

Nueva Barrera comercial, las prácticas sostenibles 

En un contexto en el que la sostenibilidad se ha convertido en un tema cada vez más relevante, es fundamental analizar cómo esta tendencia impacta en la producción agropecuaria y, en particular, en la cantidad de productores que operan en el sector. Según las cifras de los últimos Censos Agropecuarios ha mostrado una disminución constante en la cantidad de establecimientos agropecuarios como así ha señalado que en los últimos 30 años ha habido un aumento sostenido en la concentración de la producción agropecuaria en Argentina.

El fenómeno de la concentración se refleja en el aumento de la superficie promedio por explotación. En 1998, la superficie promedio de las explotaciones agropecuarias era de 421 hectáreas. Para el año 2018, esta cifra había aumentado a 826 hectáreas por explotación, lo que representa un incremento del 96%. Fenómeno que también se produce en todo el Mundo.

Si bien este censo fue realizado en 2018, todos creemos y podemos inferir que el próximo censo dará resultados parecidos en la tendencia de concentración de tierras, ya que hasta ahora la desaparición de productores se sigue produciendo (150 mil productores en 20 años . INDEC) . Esto se ha dado por la adopción de nuevas tecnologías como la siembra directa, el aumento de los costos, y la gestión agropecuaria, que generaron barreras de entrada a la producción y hasta ahora la única estrategia de supervivencia fue el aumento tanto de los rendimientos como de la superficie trabajada, dejando a muchos productores pequeños e ineficientes en el camino.

Este panorama plantea interrogantes sobre cómo la adopción de prácticas sostenibles en el sector agropecuario puede afectar a los productores, pero ahora no solo estan en peligro solamente los pequeños productores que siempre están en peligro, sino todos, pequeños, medianos y grandes explotaciones. A medida que las grandes empresas impulsan iniciativas de reducción de emisiones y promueven la agricultura regenerativa, es importante considerar cómo se puede garantizar que estos cambios no conduzcan a una mayor concentración de la producción y la exclusión de los productores.

El aumento de la conciencia ambiental y la demanda de consumidores por productos sostenibles han llevado a las empresas y los gobiernos a establecer estándares y disposiciones más estrictas en términos de sostenibilidad. Estos requisitos abarcan aspectos como la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, la protección de los recursos naturales y la conservación de la biodiversidad. Como resultado, los productores agropecuarios se enfrentan a nuevas exigencias para cumplir con estos estándares y acceder a los mercados competitivos.

Es que, la implementación de prácticas sostenibles puede requerir inversiones significativas en tecnología, infraestructura y capacitación, pero prioritariamente en el desarrollo de programas de gestión ordenados, con mucha trazabilidad, lo que implica una mayor implementación de recolección de datos claros, concretos y creíbles. Además, los productores deben cumplir con los estándares y certificaciones requeridas, lo que implica mayores costos administrativos y de certificación.

Estas nuevas barreras comerciales están relacionadas con la sostenibilidad, que a pesar de su mensaje bonito y amigable generará desigualdades en el acceso a los mercados tanto de insumos como de asesoramiento como a los mercados comerciales. Los productores agropecuarios de países en desarrollo, con menos recursos y capacidades, pueden encontrar dificultades para cumplir con los estándares sostenibles exigidos por los países desarrollados. Esto puede generar una brecha comercial y limitar el acceso de los productores de países en desarrollo a los mercados internacionales más lucrativos.

En definitiva, para los próximos años se espera un nuevo y mayor desgranamiento de productores agropecuarios que no podrá adaptarse a este nuevo escenario, pero a una velocidad más rápida e intensa.

¿Qué impacto tendrá en la producción primaria agropecuaria argentina?

En los últimos años, hemos sido testigos de un cambio significativo en la mirada de las grandes empresas hacia la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y la adopción de prácticas más sostenibles. Este nuevo enfoque ha llevado a la implementación de medidas como la agricultura regenerativa y la promoción de la neutralidad de carbono.

La adopción de prácticas más sostenibles por parte de las grandes empresas multinacionales puede tener un impacto positivo en la producción agropecuaria argentina. Empresas como ADM , Cargill . LDC , Bunge , Bayer | Crop Science , Syngenta , The Coca-Cola Company , PepsiCo , Nestlé , General Mills entre muchas mas, han demostrado su compromiso con la agricultura regenerativa, trabajando en colaboración con los agricultores para implementar prácticas sostenibles en toda su cadena de suministro global. Estas prácticas no solo mejoran la salud del suelo y reducen las emisiones de carbono, sino que también pueden aumentar la productividad y la resiliencia de las operaciones agrícolas.

Sin embargo, es importante considerar los desafíos y obstáculos que pueden surgir para la producción agropecuaria argentina a medida que las grandes empresas buscan reducir sus emisiones. La implementación de prácticas sostenibles puede requerir inversiones significativas en infraestructura y tecnología, lo que podría representar una carga financiera para los agricultores, especialmente para aquellos con recursos limitados.

DEL DICHO AL HECHO

A medida que las grandes empresas ya no solo se comprometen a reducir sus emisiones sino que ya están adoptando prácticas sostenibles, en todos sus modelos de negocios, surge la pregunta de cómo esto afectará a la producción primaria agropecuaria argentina. Si bien existen desafíos, el compromiso de estas empresas puede generar oportunidades para el sector agrícola.

La adopción de prácticas sostenibles puede abrir puertas a nuevos mercados (Union Europea, USA , Japón, etc.) mejorando la competitividad. Cada vez más, los consumidores valoran y buscan productos y servicios que sean respetuosos con el medio ambiente. Al ofrecer productos con bajas emisiones de carbono, las empresas satisfacen esta demanda creciente y acceden a segmentos de mercado más amplios.

Es importante tener en cuenta que los beneficios económicos no vendrán en manera directa, en principio ya que esto puede variar según el contexto y las políticas aplicadas en el país. Sin embargo, es probable que la adopción de prácticas sostenibles y la reducción de la huella de carbono pueden llegar como beneficios indirectos, como mejoras en la presión tributaria o la posibilidad de acceder a créditos "verdes" que brindan incentivos financieros ,mejor acceso a capacitación , gestión, asesoramiento y manejo de nuevas tecnologías AgTech.

En conclusión, es crucial que el sector agropecuario argentino tome acciones concretas hacia la adopción de prácticas más sostenibles y la reducción de la huella de carbono. La demanda de productos sostenible está en aumento y las grandes empresas están liderando este cambio.

Si no se toman medidas para adaptarse a estas nuevas exigencias, lamentablemente, muchos productores podrían quedar fuera del mercado, como ha sucedido con miles de otros productores que no han logrado adaptarse. Es fundamental actuar ahora y trabajar en este sentido para garantizar la viabilidad y el éxito a largo plazo en un mercado cada vez más orientado hacia la sostenibilidad.