Habilidades Blandas: ¿hasta qué punto son susceptibles de adquirirse?

Hace un par de semanas, realicé una encuesta para explorar sus opiniones sobre el aprendizaje de habilidades blandas. Los resultados revelaron una perspectiva interesante: la mayoría de ustedes cree firmemente que las habilidades blandas (soft skills) son susceptibles de ser adquiridas y desarrolladas por todos, sin embargo existe un punto de debate: ¿es la práctica lo que permite su buen desarrollo o los rasgos de personalidad que tengas determinarán qué tanto puedes aprender y desarrollar las mismas?

Hoy, me gustaría profundizar en este tema y explicar, desde mi perspectiva y experiencia, cómo nuestra personalidad y otros factores pueden afectar el desarrollo de estas habilidades.

Cuando hablamos de habilidades blandas, es innegable que todos tenemos la capacidad de aprender y adquirir nuevas competencias. Sin embargo, en este caso en particular, debemos tener en cuenta que existen diversas variables que influyen en cómo aprendemos estas habilidades y hasta qué punto podemos desarrollarlas. Nuestra personalidad, estilo de aprendizaje y motivación intrínseca son solo algunas de las piezas del rompecabezas que debemos considerar al embarcarnos en el camino del desarrollo de estas habilidades.

En un estudio reciente de Smith y colaboradores (2022), se señala que el aprendizaje de habilidades blandas está estrechamente relacionado con nuestra disposición para aprender y crecer de manera continua. La investigación sugiere que la personalidad, específicamente los rasgos de extroversión, consciencia y autoeficacia, puede influir en nuestra motivación intrínseca y, por lo tanto, en nuestra capacidad para aprender y desarrollar habilidades blandas de manera efectiva.

En otras palabras: para desarrollar mayores niveles de empatía, que de por sí seas empático y altruista, te motiva a aprender mejores maneras de conectar con otros y ayudarles. También, te permitirá empezar tu proceso de desarrollo de habilidades con "el vaso medio lleno" y no vacío.

Sin embargo esto también funciona a la inversa, si eres una persona poco altruista tendrás muchas habilidades para "detectar" fallos en la lógica de las personas, serás mucho más incisivo a la hora de confiar en los demás, lo cual te hará una persona super preparada para afrontar situaciones comprometedoras sin dejarte "pisar" por otros pero, desarrollar empatía te será más complicado; capaz porque no te interesa confiar en otros (motivación intrínseca), tus maneras de actuar te ayudan en tu campo de trabajo a sortear situaciones comprometedoras, o simplemente porque te costará más dejar de lado tu punto de vista y ponerte en los zapatos del otro.

En otras palabras: no te será imposible aprender esta habilidad, pero se te hará más complicado.

Los rasgos de personalidad no son ni buenos ni malos, sencillamente son, pero comprender quiénes somos o a quién tenemos en nuestro equipo nos ayudará a entender cuando estemos intentando forzar un aprendizaje en alguien o no.

Por eso, como reclutadores y líderes debemos entender que una buena evaluación del perfil del candidato/empleado es clave, no sólo para tomar decisiones y también para construir el mejor plan de carrera.

En este punto, es fundamental adaptar nuestros procesos de desarrollo y aprendizaje para fomentar el crecimiento de las habilidades blandas en nuestro equipo. Basándonos en las investigaciones de Zhang y Wang (2021), aquí les presento cuatro consejos prácticos que podemos implementar:

1. Proporcionar un entorno seguro y de apoyo: Crear un entorno donde los empleados se sientan seguros para experimentar y cometer errores es crucial para fomentar el aprendizaje de habilidades blandas. Fomentemos una cultura de apertura, donde se valore el aprendizaje continuo y se promueva la retroalimentación constructiva.

2. Diseñar programas de desarrollo personalizados: Reconozcamos que cada individuo tiene fortalezas y áreas de mejora únicas. Diseñar programas de desarrollo personalizados nos permite abordar las necesidades específicas de cada empleado, brindándoles las herramientas y recursos necesarios para el crecimiento en habilidades blandas.

3. Fomentar el aprendizaje práctico y la retroalimentación continua: Las habilidades blandas se desarrollan a través de la práctica y la experiencia. Mientras más situaciones enfrente la persona, donde tenga que poner en prácticas dichas herramientas, mayor posibilidad existe de que se vea motivado a aprender nuevas maneras de gestionarse en ellas. Fomentemos oportunidades de aprendizaje práctico, como proyectos colaborativos y simulaciones, donde los empleados puedan aplicar y fortalecer sus habilidades blandas. Además, proporcionemos retroalimentación continua y constructiva para que puedan identificar áreas de mejora y continuar su crecimiento.

4. No quieras forzar lo imposible: entiende que no todas las personas estén hechas para lo mismo; está bien que nos formemos en todas las habilidades blandas que podamos, porque algo aprenderemos, pero si una persona no encaja con el rol o las exigencias del mismo, no "empujes" a que lo haga. En todo caso, identifica fortalezas de su perfil y en qué proyectos o posiciones dichas fortalezas son necesarias, así podrás ayudarles a desarrollar su mayor potencial.

En conclusión, si bien es cierto que las habilidades blandas son susceptibles de ser adquiridas y desarrolladas por todos, debemos tener en cuenta las variables individuales que influyen en su desarrollo. Nuestra personalidad y motivación intrínseca juegan un papel crucial en este proceso. Aprendamos a analizar bien a nuestro equipo y seremos capaces de ayudarles a desarrollar su mayor potencial.