Sabemos que las habilidades blandas nos suenan un poco ajenas a veces, pero en realidad muchas de ellas las usamos (quizás no de la mejor manera) a diario en nuestras vidas.
La idea de hoy es identificarlas y darnos cuenta cuáles podríamos mejorar o cuántas tenemos que aprender para aprovechar sus beneficios.
Vamos con una pequeña definición: son aquellas habilidades que nos permiten comunicarnos de manera efectiva, trabajar en equipo, ser flexibles, resolver conflictos y llevarnos bien con los demás.
Acá te contamos cuáles son los beneficios de desarrollar habilidades blandas:
- Gestión de conflictos: cuando desarrollás esta habilidad, lográs resolver de manera pacífica problemas y tensiones, mejorás tus relaciones interpersonales y ayudás a formar un ambiente laboral en el que se prioriza la empatía y el respeto.
- Manejo del estrés: en estos tiempos, esta es una capacidad estrella. Cuando empezamos a gestionar el estrés, logramos reducir la ansiedad y el agotamiento, además de aumentar nuestra capacidad para afrontar desafíos de manera más tranquila y efectiva.
- Gestión del tiempo: levante la mano quienes procrastinan dos horas para hacer una tarea de 10 minutos… Si te pasa eso, aprender a gestionar tu tiempo es clave para mejorar tu productividad y eficiencia durante el trabajo al reducir la procrastinación y el estrés que genera. Además, vas a poder cumplir con los plazos y objetivos sin problemas.
- Habilidades de comunicación: sabemos que transmitir nuestras ideas de forma clara y efectiva es súper importante (y no solo en el ámbito laboral), así que adquirir herramientas específicas hará que mejoren todas tus relaciones interpersonales y, además, fomentará la colaboración y el trabajo en equipo.
- Adaptabilidad: esta habilidad es natural en muchas personas, pero en quienes no, es clave concentrarse en ella porque la velocidad en la que se instalan nuevas tecnologías (por ejemplo, la inteligencia artificial), va a hacer que muchas se queden atrás si no saben cómo adaptarse. Si desarrollás la adaptabilidad, vas a tener la capacidad de enfrentarte a cambios y desafíos, vas a ser más resiliente y flexible, y también vas a buscar soluciones más creativas a los problemas.
- Inteligencia emocional: saber gestionar nuestras emociones es indispensable a la hora de relacionarnos, ya que desarrollamos más empatía y comprensión hacia los demás (y hacia nosotros/as) y construimos relaciones más saludables.
- Pensamiento crítico: cuando mejoramos este tipo de pensamiento, desarrollamos la capacidad analítica y de resolución de problemas, además de que nos va a ayudar a tomar decisiones más informadas y con fundamento.
Como verás, son bastantes las habilidades que podemos mejorar y potenciar para obtener todos estos beneficios. Y lo importante es ir de a poco, no podemos aprender todas a la vez, por eso te recomendamos arrancar con las habilidades de comunicación (estas nos sirven para TODOS los ámbitos de nuestra vida).
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¿Cuál es la habilidad que más necesitás desarrollar hoy? ¡Contanos en comentarios!