He fracasado. ¿Qué pensará la gente de mí?

En el momento en que el barco de nuestra empresa se está hundiendo hacia el fondo del océano, todos se han subido a los botes salvavidas y se preguntan qué pensará el mundo de nosotros, ¿qué realmente pasa por nuestra mente?

Ya sea que fallemos o no, todos hemos pasado por los mismos escenarios. La única diferencia es que cuando fallamos de verdad, podemos ver lo que realmente sucede. Podemos ver qué tipo de apoyo realmente tenemos y qué pensará la gente de nosotros.

Pero lo que es a la vez triste y reconfortante es que a pocas personas les importará en absoluto.

A nadie le importa

En nuestras mentes, pensamos que todo el mundo está en nuestra contra. Todos los inversionistas, empleados, socios, clientes, incluso personas al azar que no conocemos, se turnan para atacarnos. En cada uno de nuestros círculos sociales, la gente habla mierda de nosotros. Somos el blanco de las bromas y una historia de advertencia, ¿verdad?

Incorrecto. A la gente no le importa un carajo.

Tal vez las personas a las que se les dieron las malas noticias se van a molestar por un minuto, pero luego seguirán con su día. Quizá queramos creer que la situación de nuestra vida captará para siempre la atención del resto del mundo, pero sucede que no es así.

La sociedad está tan ensimismada en su propio mundo (podría escribir un libro sobre esto) que no está perdiendo el tiempo pensando en lo que salió mal en nuestra vida profesional. Las personas están tan absortas en el próximo meme viral o cualquier notificación que haya aparecido en sus teléfonos.

Nadie recuerda

A menos que fracasemos de una manera épica a lo WeWork o Theranos, la realidad es que dentro de 6 meses o un año nadie recordará en qué estábamos trabajando. Difícil de creer, ¿verdad?

En la mente de nosotros los emprendedores, estamos pensando que nuestro fracaso irá al "Salón de la Fama del Fracaso" y será recordado para siempre con infinitos detalles. Pero la gente no trabaja de esa manera. ¿Recuerdas la historia de Zirtual.com, la empresa que quebró de la noche a la mañana después de recaudar millones de capital de riesgo? ¿No? Bueno, yo tampoco.

Por cruda que sea la emoción en este momento, solo es cruda para nosotros. Todos los demás, incluso las personas que estaban involucradas, convertirán esto en un recuerdo lejano mucho antes de que nosotros descubramos qué hacer después.

Lo que importa es lo que sigue

Mientras estamos tan envueltos en lo que sucedió, perdemos de vista lo que importa, que es lo que haremos a continuación. Este es un solo capítulo de nuestra historia, y es un capítulo loco, pero tenemos muchos más que escribir.

Si queremos preocuparnos por cómo seremos recordados, debemos preocuparnos por lo que haremos a continuación. No tiene que ser otra empresa (probablemente una buena idea por ahora), tiene que ser otra cosa a la cual podamos enfocar nuestra atención.

Lo que la gente recordará (o pensará) es lo que les decimos que es actual. Es nuestro trabajo hacer que el pasado sea pasado, y lo hacemos reescribiendo el futuro.

Atentamente,

El Pequeño Maestro

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