hiciste la maleta

Mira que hay escenas de cine dónde aparecen maletas, pero a mi casi siempre me vienen, será por deformación profesional, las imágenes de Dustin Hoffman en “Muerte de un viajante” o mejor “Death of a Salesman” y luego claro me embriaga la emoción y el pesimismo. Si te dedicas a las ventas, la verdad es que su visualización puede ser bastante deprimente y te puede dejar tocado, aunque por supuesto que también se extraen lecciones. Pero en este caso cada vez que el protagonista cogía las maletas, su destino era siempre el fracaso como el de tantos representantes, vendedores que se recorrían los pueblos para poder llegar a sus objetivos.

Nuestros cómicos en otros tiempos recorrían las aldeas con las maletas repletas del atrezo de la vida.

En ambos casos las maletas no solo eran para viajes de trabajo.

Pero hacer las maletas tiene tantos significados y provoca emociones tan diversas que cada uno lo vive de diferente forma y con distintos niveles de intensidad.

A priori, hacer la maleta equivale a acometer un cambio. Vamos a abandonar el sitio en el que estamos para ir a otro u otros por un tiempo corto, largo o definitivo. Hacer la maleta es en sí una decisión y por supuesto luego tienes que decidir que meter dentro.

Particularmente soy de los que me gusta hacerla y menos deshacerla, prefiero que no me la hagan, más que nada por tener el control de lo que introduzco en ella claro. Por supuesto hay momentos que te marcan y no olvidas, como cuando hiciste la maleta para irte de la casa familiar bajo la mirada atenta y algo triste, pero con cierto orgullo de tu madre en el umbral de la puerta de la habitación mientras la hacías. Esa maleta que duda cabe encerraba no solo cosas materiales, también estaba llena de sueños, ilusiones y ciertos miedos.

Ahora es tiempo de vacaciones y por ende algunos afortunad@s estamos con el trajín de maleta para un lado y para otro. Much@s sueñan con este cambio, soñar con hacer las maletas implica que necesitas tiempo para dedicarte a ti mismo y dejar los problemas y ansiedades a un lado. Indica que es hora de tomar las riendas.

Hacer la maleta en ocasiones es escapar, salir de la rutina y de cierta amargura, es romper con algo que te ata y no te hace feliz. Cuántas veces hemos escuchado ahí tienes la maleta en la puerta. Y sino que se lo pregunten a los Chunguitos en su famosa canción: “hiciste la maleta y sin decirme adiós, Ay, que dolor…”

Y por supuesto está la maleta de vuelta a casa, de vuelta a dónde te sientes querido, sobre todo si te has pasado una temporada fuera.

Espero que podáis hacer y deshacer las maletas a vuestro antojo o si lo preferís pues que os la hagan. Disfrutad del viaje.

Hoy terminamos con una maravillosa canción, cuyos ingredientes son todos deliciosos: letra, melodía, voz. Me la descubrió y compartió una amiga mía, que curiosamente no para de hacer maletas, hace muy poquito y la escucho todos los días. Cada vez me gusta más y me provoca distintas emociones y me trae imágenes evocadoras e inspiradoras. Te anima a sentir la alegría de estar vivos. Espero que os guste tanto como a mi. Seguro que muchos de vosotros ya la conocíais.

Morcheaaba: “Enjoy the Ride”. Disfruta del camino, del viaje.

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