Hipertensión en mayores de 60 años

La hipertensión es una de las patologías más frecuentes en la población adulta. En el 90% de los casos, su causa es desconocida. Por tal motivo se denomina «hipertensión arterial esencial». Tiene una fuerte influencia hereditaria. Un 10% de los casos viene derivada de otras enfermedades, se asocia con frecuencia a la obesidad y síndrome metabólico.

La hipertensión crónica, es el factor de riesgo modificable más importante.

La hipertensión prolongada, es causa de enfermedades cardiovasculares, cerebrovasculares y renales. Debe tratarse mediantes modificaciones de hábitos de vida y casi siempre ajustados con fármacos antihipertensivos. Los niveles de referencia de “normalidad” se sitúan en 120/80 mm.Hg. Sin embargo, estos valores ya hay un consenso que deben revisarse en función de la edad.

En varias ocasiones hacemos referencia a trabajos “top ten” del servidor de información médica Medscape. Se trata de las 10 publicaciones más leídas del mes. En el mes de Enero del presente año la más leída, reportaba las nuevas guías para el tratamiento de la hipertensión en mayores de 60 años: Pharmacologic Treatment of Hypertension in Adults Aged 60 Years or Older to Higher Versus Lower Blood Pressure Targets: A Clinical Practice Guideline From the American College of Physicians and the American Academy of Family Physicians.

Según las nuevas guías, en mayores de 60 años, debe iniciarse un tratamiento farmacológico, cuando la presión sistólica supere los 150 mm/Hg.

También, cuando el paciente sufre determinadas patologías ya instauradas, como accidente vascular cerebral o cardiovascular, se deberá tratar con fármacos a partir de los 140 mm/Hg. Es decir la cifra “sacralizada” de que se debe estar por debajo de 120 mm/Hg se ha modificado ya para los mayores de 60 años.

Con cierta frecuencia, ajustar la presión a los niveles deseados, no es fácil para determinadas personas. Afortunadamente se dispone de muchas familias de fármacos, lo que permite elegir el más apropiado. Hay diversos grupos de diuréticos. Inhibidores de la ECA. Beta-bloqueantes. Bloqueantes del receptor de la angiotensina. Inhibidores de los canales de calcio. Agonistas adrenérgicos. Inhibidores de la renina y antagonistas de la aldosterona.

Pero, su elección será la adecuada, si se tiene en cuenta las características genéticas y clínicas de cada paciente.

¿Cómo seleccionar un antihipertensivo de forma personalizada? Primero tener en cuenta la clínica global del paciente. Por ejemplo en pacientes depresivos, no deben prescribirse inhibidores de los canales de calcio y betabloqueantes, pues tendrán más riesgo de recidivas. En pacientes con osteoporosis, la clortalidona (diurético) está asociada a menos fracturas que con lisionpril y amlodipino. Y así podríamos enunciar una serie de recomendaciones.

En segundo lugar, y no menos importante, es analizar las posibles alteraciones genéticas de cada paciente. Alteraciones que codifican enzimas, proteínas transportadoras o receptores, que tiene relación con la farmacología de los antihipertensivos.

Es esencial para el tratamiento de la hipertensión aplicar criterios Farmacogenéticos.

Escoger el fármaco más adecuado en función de los genes involucrados, y evaluar las interacciones del conjunto de medicación, son cuestiones imprescindibles para prescribir adecuadamente. Tener en cuenta, que en el caso concreto de mayores de 60 años, según datos estadísticos, toman más de cinco fármacos por día, por lo cual es muy probable que entre ellos, presenten alguna interacción.

Dr. Juan Sabater-Tobella. European Specialist in Clinical Chemistry and Laboratory Medicine (EC4). Member of the Pharmacogenomics Research Network. Presidente de EUGENOMIC®

Eugenomic® Asesores en Farmacogenética y Medicina Genómica

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