Holding: El arma secreta del empresario astuto

Todo empresario que apuesta sus recursos en un proyecto de negocios necesita seguridad; arriesgar el patrimonio familiar nunca es opción. El régimen de responsabilidad limitada que algunos tipos de sociedades promete a los socios o accionistas se torna insuficiente para su plena protección, ya que la limitación de la responsabilidad hasta por el monto del capital aportado solamente aplica en materia mercantil, pero en caso de créditos fiscales, los dueños de esas empresas pueden llegar a responder con el patrimonio personal por la fracción que les corresponde de los adeudos tributarios de la sociedad.

Por lo tanto, los socios y accionistas de empresas activas, que operan negocios de todo tipo y que se enfrentan constantemente a una fiscalización compleja y en ocasiones injusta o demasiado agresiva, quedan expuestos a riesgos más allá del capital invertido en las propias sociedades y que pueden trascender a su patrimonio personal, como su casa, sus cuentas bancarias personales, sus acciones en otras empresas, entre otros.

Una herramienta muy eficiente para mitigar ese riesgo la representa el uso de la "holding", que es una sociedad tenedora que adquiere las acciones o partes sociales de la empresa operadora (subsidiaria), brindando un velo corporativo más robusto y también mayor protección de la identidad de los empresarios en tiempos de inseguridad.

Este esquema corporativo también institucionaliza las empresas familiares y suaviza el traspaso generacional, ya que, en caso de fallecimiento, ausencia o incapacidad de alguno de los accionistas personas físicas, la subsidiaria no estaría afectada, pues la "holding", como entidad controladora, continuaría tomando decisiones a través de apoderados legales y la permanencia del negocio no se vería mermada por tales desafortunados eventos.

Si bien la palabra "holding" suena muy glamorosa y nos hace pensar en consorcios y multinacionales, en realidad cualquier empresario, sin importar el tamaño de su negocio, se puede permitir una estructura sencilla que incluya una "holding" y una o varias subsidiarias. Es justo reconocer que el uso de "holdings" genera ciertas labores administrativas adicionales, así como los gastos inherentes al mantenimiento de esas sociedades, sin embargo, estoy convencida de que los múltiples beneficios legales superan en importancia y a largo plazo, incluso en valor económico, esa desventaja.

Como recomendación, sugiero que al momento de decidir qué subsidiarias deben depender de cuál "holding", se tome en cuenta que el patrimonio de la tenedora se conforma de acciones y esas acciones pueden llegar a garantizar adeudos fiscales. Por lo tanto, si una misma "holding" posee acciones de dos subsidiarias y una de las subsidiarias tiene un crédito fiscal que no alcanza a pagar con su patrimonio, las acciones de la otra subsidiaria podrían verse comprometidas en caso de una responsabilidad solidaria.

Con base en mi experiencia como abogada corporativista y litigante en materia fiscal, recomiendo a todo empresario, de cualquier giro y sin importar su nivel de ingresos, que pondere todos estos factores en pro de una decisión orientada a la construcción de una estructura robusta y a la vez corporativamente flexible, que deje a salvo su patrimonio personal y asegure la permanencia de su legado.