Huelga de guionistas de Publicidad

La industria del cine y la tv crea contenidos cuyo objetivo es ser explotados comercialmente para producir beneficios. Sin embargo, el arte de producir lleva implícito muchos riesgos. El más famoso guionista de los 70, William Goldman, afirmaba “nadie sabe nada”. Aunque abunden los gurús nadie tiene la certeza de que determinada producción vaya a ser un éxito o un fracaso.

La incertidumbre es la base del negocio, pero los guionistas de Hollywood saben que sus ideas son la materia prima de la industria y que su capacidad de negociar no está a la altura de la importancia de su trabajo.  Los guionistas están en su derecho de ir a la huelga y presionar a esas empresas para un reparto más justo de los beneficios. Y, probablemente, conseguirán la mayoría de sus reivindicaciones. 

Los guionistas de la industria publicitaria son los creativos. Los que eligen dedicar su lado más personal a crear piezas comerciales por encargo de clientes. Lo normal es que los creativos cedan sus derechos de autoría a sus agencias y estas lo negocien con sus clientes. En la mayoría de los casos los clientes, por la debilidad de las agencias, acceden a un uso indiscriminado de las piezas que han encargado. De este proceso, los creativos, sin los cuales no habría industria, acaban siendo, salvo excepciones, los que menos voz tienen en el reparto de los beneficios. 

Estamos ya en el primer cuarto de siglo, en un cambio de ciclo en el negocio publicitario, pero creo que nunca los creativos han sufrido tantas amenazas como ahora. Por un lado, la saturación de licenciados en comunicación. Escuelas, Universidades, y Masters, ofreciendo títulos generosamente sabiendo que el mercado ya no absorbe a tanto profesional. El resultado es un exceso de creativos que rebaja las expectativas de obtener un sueldo decente.

Por otra parte, hay más oferta que demanda. La atomización del mercado de la publicidad y la devaluación de los contenidos, que sirven para ocupar espacio más que para ocupar espacio con calidad, haciendo que la idea en sí misma sea algo por lo cual cada vez se paga menos. 

A eso le añadimos la interrupción estelar de la Inteligencia Artificial que va a democratizar la creatividad y conseguir que todo el mundo pueda crear su propia comunicación con un estándar más que correcto. Si, en su momento, Google y Facebook Ads permitieron que cualquiera pudiera hacer una campaña digital sin intermediarios, ahora la AI va a permitir crear el contenido de millones de usuarios con modelos obtenidos de una gran cantidad de información (ideas) provenientes de creativos a lo largo de los años.

No nos engañemos, el talento personal es lo que realmente hace que un creativo sobreviva y tenga éxito o no. Pero la situación general es precaria y el principal problema puede ser la falta de concienciación de los propios creativos y las agencias en el valor de las ideas dentro de la industria. No se trata de sustituir el talento por la reivindicación general, pero sí de mejorar las condiciones en las que se está trabajando.

En Hollywood acaban de despedir a David Simon que es como si aquí hubieran despedido a Toni Segarra. Las huelgas son perjudiciales para todos y no sé si algún veremos una huelga de guionistas de publicidad, pero mientras tanto apoyemos a los guionistas de Hollywood. Levantemos nuestra pancarta: ¿Quién ha sido el gilipollas que ha despedido al de THE WIRE?

Pedro Soler. Partner & Director Creativo de sowhat.team