¿Humanos Dioses? ¿Súper Sociedades? Veamos.

Al principio parecía algo impensado, pero con el tiempo cada día nos fué impactando más. Hasta tal punto que la mayoría de nosotros en cada rincón del mundo, estamos encerrados en casa. Éste “enemigo” invisible al cual hemos denominado Covid-19 pareciera haber puesto en jaque a la humanidad en su totalidad. Desde Angela Merkel, hasta el más mortal de los mortales, está desorientado sin saber muy bien qué hacer. Nuestros equipos nos piden certezas, pero realmente no las tenemos. Parece que las proyecciones de crecimiento, de rondas de inversión, planes de expansión, hubiesen quedado suspendidos en el tiempo. 

Empezamos Enero del 2020 con récord histórico de Wall street, y unos pocos días después, Medium está inundado de posts con estrategias para sobrevivir. Imponente baño de humildad a nuestra generación. Nos habían enseñado que lo lindo de la vida era vivir conectados con el mundo entero, viajar, conocer, experimentar. PAUSA. Parece que al final del día, hay algo más importante que llenarnos el calendario de lugares fancy para cenar, o de reuniones innovadoras de las que participar. El mundo en apenas dos semanas tomó la dirección opuesta de la que estaba yendo. En ese mapa que tanto pensamos en llenar, apareció la salud, la de los demás y la propia. Ya no se trata de economía, de startups, de VCs. Se trata de algo tan pequeño, incluso invisible, que nos está forzando a replanteartelo todo. 

Aquí pareciera que ya no hay más competidores, o al menos no los competidores de los que hablan los libros de estudio. Tenemos que sentarnos a pensar cuál es nuestra responsabilidad y cuáles son nuestras posibilidades frente a ésta situación. El universo nos está forzando a que tengamos una mirada profunda y a que podamos actuar con una lógica que no sea la de maximización de beneficios. 

Por las próximas semanas, abuelos, jóvenes, niños, adolescentes, estarán dentro de sus casas. Que pueden hacer nuestras compañías para transformarse? Es nuestra responsabilidad facilitarles la educación, el alimento, e incluso el entretenimiento. Tenemos que hacerlo de una forma en la que no estamos acostumbrados a hacerlo, y para un público objetivo que probablemente no sea el que esté en nuestro modelo de negocio. Hace unos pocos días, pensábamos soluciones superadoras a las de nuestros “rivales”, ¿Será momento de pensar juntos? ¿Cuál es la forma más segura de entregar un pedido? ¿Cómo podemos asegurar la máxima higiene para los intermediarios? Si tu compañía es de entretenimiento, ¿Qué nuevos tipos de usuarios se incorporarán? ¿Están acostumbrados a relacionarse con la tecnología? ¿Cómo hacemos para entregar productos médicos en cada rincón del planeta? Cómo ayudamos a pequeños comercios a que puedan seguir comercializando sus productos? 

Como sociedad tenemos la oportunidad de trabajar juntos, de unir nuestra creatividad, nuestra inteligencia, nuestras capacidades. Para llegar más rápido. Más rápido que nuestro competidor? Definitivamente no. Más rápido que ese enemigo invisible que hace ya días nos quita el sueño. Covid-19 nos demostró que estamos lejos de convertirnos en Dioses, que seguimos siendo individualmente tan débiles como lo eran los primeros homo sapiens. Pero también despertó la oportunidad de que de una vez por todas construyamos una super sociedad. Humanamente débiles, socialmente poderosos. 

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