Indemnizaciones como barrera al cambio

Todos queremos sentirnos protegidos ante un fin de contrato inesperado en dos vías: una indemnización por nuestro tiempo trabajado y una prestación para poder tener un sustento mientras volvemos a colocarnos.

Sin embargo, no son pocas las personas que toman la prestación por desempleo como algo que agotar ya que "me corresponde porque lo he cotizado".

La otra cara de la moneda, encontrarnos en un puesto desmotivados e incluso con malestar y ansiedad. Pero, como vamos a irnos a otro puesto, o incluso dar el paso de centrarnos en reciclarnos y buscar al 100% con una salida voluntaria. Estamos perdiendo el derecho a una indemnización que nos hemos ganado.

No nos engañemos, nuestra contraprestación por nuestros servicios es nuestro salario, nuestro derecho a descanso y vacaciones. Más allá de eso se trata de medidas protectoras.

Siempre que veo una persona que apuesta por un cambio, aplaudo su decisión, y no siempre tiene que ser un cambio porque la relación se haya hecho insostenible. A veces cumplimos y somos rentables para la empresa, sin embargo, estamos en un puesto que no nos hace felices. Pasamos la mayor parte de nuestra semana en el trabajo, debemos estar motivados, en un ambiente laboral que nos haga estar motivados y no un lugar del que queramos huir a toda costa.

Es difícil, como todo en la vida, estar en el trabajo de nuestros sueños. Nada en la vida es ideal, pero al menos un lugar que nos haga la semana llevadera.

Igual estas líneas, en este momento este un poco fuera de lugar. Pero vendrán tiempos mejores y hay que apostar por que nuestro día a día tenga más pros que contras.