Intolerancia... al error

Intolerancia... al error

Al gluten, a la lactosa, a los frutos secos, a la discrepancia, al error… Cada vez tengo en mi entorno gente con mayor grado de intolerancias varias que dificultan la vida y la convivencia de las personas. Una idea que ronronea en mi cabeza con insistencia estos días.

Los que me conocéis sabéis que tengo dos hijos (12 y 7 años) que no tocan el piano ni componen canciones como los de Shakira pero con los que aprendo cosas cada día. En este viaje que es la paternidad o maternidad, duro y lleno de miedos e incertidumbres, los que somos padres o madres tenemos la suerte de revisitar situaciones y cosas a través de sus ojos y sus vidas e intentar evitar errores que todos hemos cometido y que seguimos cometiendo (sabiendo que ellos tienen que tomar sus decisiones y a veces incluso estrellarse).

Pues bien, estos días y gracias a la intolerancia que tiene uno de mis hijos a fallar, equivocarse y frustrarse (propio de su edad), he tenido tiempo para pensar en lo importante que es reconocer cuándo te has equivocado. Es más, lo importante que es reconocerlo, aceptarlo y e intentar ponerle remedio (incluso pedir perdón cuando aplica).

En una de nuestras charlas nocturnas con mi prole (todos los días hablamos 10 minutos antes de dormir sobre nuestras cosas), comentábamos (por supuesto es abstracto para que nadie se dé por aludido) que todos hemos tenido un día en el que hemos suspendido un examen o cometido un error. TODOS. Y en la importancia de que cuando estas cosas pasan sepas aceptar tu fracaso, asumir tu responsabilidad y seguir adelante. Algo básico ¿no? Un discurso propio para niños de 12 y 7 años… ¿o no?

Ahora me gustaría trasladar este mismo argumento a la vida de los adultos y analizar (yo lo he hecho) cuántas veces reconocemos en nuestro día a día cosas que hemos hecho mal, errores que cometemos e incluso contestaciones inapropiadas en el ámbito personal. Pocas. Pocas veces pedimos perdón si hemos dado una contestación inapropiada a un ser querido, reconocemos que podíamos haber hecho las cosas diferentes o simplemente que no teníamos razón.

Sin duda debo estar haciéndome mayor porque a mí cada vez me cuesta menos decir “lo siento”, incluso a mí misma (una de las cosas más difíciles) y poner en “observación” cosas que tú crees que son la leche. Personalmente creo que el éxito está en mantener el impulso y la fuerza de las cosas y con el rabillo del ojo mirar por el retrovisor si vas cumpliendo con tus expectativas y objetivos. Porque seguro, seguro, seguro, que en tu camino (personal y profesional) habrá momentos en los que falles y más te vale que los esos momentos los identifiques pronto y corrijas el rumbo antes de que el iceberg de la vida esté demasiado cerca de tu barco.

David Serrador

- Kantar | Ipsos | Nielsen | Burke - Interested in what happens when market dynamics and human reactions collide - | Opinions are personal | -

1 año

Pero qué dices Gema, ¿errores yo? venga pordiosssss 🤭

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