Invierno de las tecnológicas: lecciones para aprender más oportunidades
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Invierno de las tecnológicas: lecciones para aprender más oportunidades

Después de “La Gran Renuncia” vinieron los grandes despidos. Desde 2022 y hasta este comienzo de 2023 hemos visto cómo las Big Tech tuvieron que despedir a un buen número de empleados. La prensa lo ha llamado el invierno de las tecnológicas, que no solo afectó a las empresas más grandes. En todo el continente tomaron la dura decisión de prescindir de buena parte de sus equipos.

Según Layoffs.fyi, un sitio que hace un seguimiento de las pérdidas de empleo en la industria tecnológica, más de 160 mil trabajadores se quedaron fuera de nómina en 2022. Mientras que, a la fecha, ya se han sumado más de 110 mil personas a la lista de desempleados. La plataforma señala que estos despidos se han dado en más de 1,400 empresas tech.

¿Qué pasó? Una industria tan prometedora, con grandes sueldos, con una cultura organizacional que atrae a muchos, se vio en la necesidad de frenar y tomar esta difícil decisión. Ni América Latina, ni los unicornios, ni las startups proptech, que tan buenas noticias protagonizaron entre 2021 y 2022, escaparon.

Fue mucho más que la naturaleza volátil de los negocios nuevos e innovadores. Se puso en evidencia la urgente necesidad de recortar costos ante la amenaza macroeconómica. La falta de liquidez en las operaciones llevó a empresas muy prometedoras a tomar medidas para poder sortear con éxito esta situación temporal y mantenerse en mejor salud operativa.

¿Qué lecciones podemos aprender, pero sobre todo qué oportunidades podemos encontrar en este invierno de las tecnológicas? Hacía allí apunta esta reflexión.

Lecciones para aprender

Considero que una de las primeras lecciones que debemos analizar de este invierno de las tecnológicas es el valor de la prudencia. La acelerada transformación digital que impulsó la pandemia y el entusiasmo de los fondos de ventures capital por las pujantes startups, son factores que, sin duda, provocaron un exceso de optimismo que generó errores de cálculo en las valuaciones.

Más de un CEO, en los comunicados de prensa, reconocieron que se entusiasmaron por el éxito comercial de sus propuestas y crecieron más rápido de lo que debían, lo que elevó los costos más allá de lo razonable. En un entorno inflacionario como el que hemos experimentado fue una combinación explosiva.

Igualmente, hemos visto el reconocimiento de la falta de claridad y precisión en el modelo de negocio, como un factor determinante. Esto es crítico, tanto para las startups, sus empleados, como para los inversionistas. Aunque muchas startups optaron por la estrategia de no crecer sin contar con una base de rondas de capital, suponiendo que era la fórmula relativamente más sostenible, esta sacudida demuestra que hay que tener mucho más para contar con la preferencia de los inversionistas.

Oportunidades en el invierno de las tecnológicas

A finales de 2022, una encuesta de ZipRecruiter, publicada por The Wall Street Journal, afirmó que alrededor del 79% del personal despedido en el sector tecnológico durante el año, había encontrado un nuevo empleo en un plazo de tres meses.

Esto nos permite aseverar que la primera gran oportunidad que tienen todas las industrias es la de poder reclutar a un talento con excelente perfil, para fortalecer equipos de Tecnología, Innovación y Desarrollo.

En el Real Estate, donde hay tanto por hacer en materia de digitalización y automatización de procesos, este invierno en las tecnológicas se puede traducir en conseguir el talento que tanto buscamos para que la industria acelere su transformación.

Más allá de si los despedidos encontraron o no las mismas condiciones laborales que tenían en sus nuevos empleos, estamos frente a la posibilidad de encontrarnos con el talento que necesitamos. Esto aplica tanto para las empresas consolidadas como para las startups.

El Real Estate latinoamericano necesita de la innovación para generar procesos y transacciones más transparentes, confiables y eficientes. Necesitamos ampliar el acceso a datos y su análisis que nos permitan mejorar todas las decisiones que tomamos, desde que evaluamos el mercado para ver dónde construir hasta que operamos el edificio. Y para innovar necesitamos al mejor talento.

También hay una oportunidad para el venture capital. Es un gran momento para ayudar a la nueva generación de empresas tecnológicas, aquellas que han probado su modelo de negocio y hayan demostrado su tracción en el mercado, puedan expandirse y convertirse en trampolines para la consolidación de un Real Estate más tecnológico.

Ya no estamos en posición de especular, sino de hacer inversiones más inteligentes. Estamos en un entorno cambiante y complejo, en el que ya no podemos invertir como lo hicimos hace uno o dos años. Se necesitan startups que realmente aporten valor, que transformen lo conocido por una versión más eficiente, digital y productiva.

Seguramente, las empresas emergentes que aspiran a conseguir una ronda de financiamiento de Serie A, B o C serán las que enfrenten mayores retos. Pero es el momento de demostrar que el modelo de negocio de verdad funciona. Esta es la vía para atraer y retener la confianza de los inversionistas.


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