Juniverso - año 2024: Introducción
—¿Y cómo definirías este 2024?
—¿El 2024?
El chico se acomodó en su asiento, ladeando la cabeza como si el peso de la pregunta fuera demasiado. Tendría unos 32 años, aunque su mirada llevaba décadas de historias sin contar. En sus ojos bailaba la sombra de una pérdida, mezclada con un hambre insaciable por algo más. Quizás por todo. Las pupilas, ligeramente dilatadas, eran testigos de que la noche anterior había sido intensa, un caos de risas, lágrimas y quizá una amarga despedida. La pregunta, lanzada a vísperas del 2025, lo golpeó como un eco de todo lo que ya no estaba.
Respiró hondo y continuó.
—Creo que voy a escribir un diario. Pero no cualquier diario. Uno en formato de historia, donde cada etapa de este 2024 la narre en primera persona. Mezclaré temas realistas con algunos toques personales.
La voz misteriosa, que parecía salir de ninguna parte y de todas a la vez, lo interrumpió:
—Me parece una gran idea. Escribir te limpia el alma.
El chico sonrió, aunque no estaba seguro si la voz le hablaba desde el interior de su mente o desde un rincón oscuro de la habitación.
—Este 2024 ha sido un año extraño. Un año de despedidas, de cambios, de incertidumbre... pero también de evolución. ¿No te pasa que a veces te despiertas, tomas tu café, pones esa canción que te enciende y vuelves a la rutina? Yo lo hice muchas veces en el 2023. Y, entre sorbo y sorbo, le pedí al universo que el 2024 me trajera cambios, retos más grandes. Pues bien, la vida me escuchó. Me dio todo lo que pedí y más.
Hizo una pausa, dejando que las palabras se asentaran como polvo después de una tormenta.
—Ahora que estamos al borde del 2025, siento una nostalgia brutal. No solo por las cosas que pasaron, sino por las tantas despedidas que tuve, esas que dejan marcas invisibles. Perdí un amor. Perdí certezas. Pero también gané una lucha interna que todavía no termino de entender. Hay noches en las que me voy a la cama sin la más mínima idea de lo que va a pasar al día siguiente. Y, ¿sabes qué? Está bien. Confío. Claro, hay días en que la ansiedad me susurra al oído y me recuerda todo lo que podría salir mal. Pero luego pienso en todas las cosas inesperadas que pasaron y me digo: “Deja de preocuparte por el futuro, siempre terminas equivocado.”
La voz reapareció, curiosa.
Recomendado por LinkedIn
—¿Todo esto lo incluirás en tu diario?
—Sí.
—¿Cuál será tu primer capítulo?
El chico se tomó un momento, como si saborear la pregunta fuera parte del ritual. Finalmente, habló:
—Quiero hablar sobre las metas. No hay mayor dilema en la vida que las metas. ¿Qué hacemos cuando las cumplimos? ¿Y qué hacemos cuando no lo logramos?
La voz misteriosa respondió con una calma casi filosófica, dejando que cada palabra flotara en el aire:
—Siempre he pensado que las metas son como faros en la niebla. Te guían, sí, pero también te confunden. Muchas veces corres hacia ellas como si tu vida dependiera de alcanzarlas. Y otras... otras simplemente se desvanecen, dejándote ahí, en medio de la nada, con un vacío que no sabes cómo llenar.
Una pausa.
—Sí, eso merece ser escrito.
—¿Y ya tienes un título?
El chico esbozó una sonrisa traviesa, como si acabara de encontrar un chiste interno.
—No hay nada más divertido que llamarlo Juniverso: Año 2024.