La ANTI Motivación
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Muchos clientes me han pedido charlas “motivacionales” y me he puesto a reflexionar sobre la real importancia de la motivación en nuestra vida.
La motivación es un tremendo motor que te impulsa a la acción, hace que el tiempo fluya sin darte cuenta, te da la fuerza de levantarte por la mañana a trabajar en eso que te tiene ilusionado, con alegría, foco y seguridad.
En general la motivación viene acompañada cuando descubres un gran propósito, un sueño que quieres realizar, cuando te imaginas el lugar al que quieres llegar y aceleras a fondo para llegar lo antes posible.
Si piensas que el camino para lograr eso que quieres es una autopista plana, recta, sin curvas, definitivamente sólo necesitas acelerar. Pero la realidad, es que el camino que te toca transitar para ese futuro, está lleno de desafíos que no esperabas, con curvas cerradas que te hacen frenar a fondo y enganchar, bifurcaciones que te llevan a tomar decisiones (muchas veces sin saber si fue la decisión correcta), túneles sin luz que te dejan avanzando a ciegas, rogando a la suerte no chocar de frente con algo que no viste. Cuando de pronto te das cuenta que llegaste a un lugar que nada tiene que ver con lo que te imaginaste
En esta primera llegada es cuando paras, miras y reflexionas, te das cuenta de que no era lo que querías, ese lugar es distinto. Te llenas de frustración, impotencia de ver que el esfuerzo que hiciste, las decisiones que tomaste nos fueron las “mejores”.
Es aquí cuando la motivación se te puede ir al carajo y te quedas mirando al techo sin saber que hacer con esta frustración, este cansancio o desgano. Buscando que ese motor vuelva de una vez, cuestionándote si ya no eres el mism@, perdiste la motivación en ese sueño. Preguntas existenciales (de esas que te cambian la vida) ¿Seré buen@ para esto? ¿Realmente me gusta eso que quiero hacer? ¿Tuvo sentido todo lo que hice?
Estos cuestionamientos te pueden llevar también por dos caminos, uno es abandonar el proyecto y sentirte (como solemos llamar a las equivocaciones en nuestra cultura) fracasad@. El otro camino es seguir avanzando, como un auto en rodaje, despacio, un metro a la vez, pero seguir, perseverar. Con o sin motivación.
Es por esto por lo que creo que la motivación está sobre valorada y pareciera que nada podemos hacer sin que el rayo de la motivación nos ilumine y prenda el motor.
Esa es la razón por la que me niego a dar charlas “motivacionales” y prefiero hablar de la Anti-motivación.
Me pasó, lo viví en mi emprendimiento, ¡empecé como avión! Y las dificultades, mi necesidad de llegar rápido, mi ego de ser la mejor en el primer paso, me dejaron mirando el techo por mucho más tiempo del que me hubiera gustado, pensando y pensando que ya no era la misma, ya no tenía fuerza, no tenía el coraje de antes... en resumen había cambiado y creí que, sin la motivación, nada iba a resultar.
Me cuestioné si volvía a emplearme, me dediqué a hacer cosas distintas a mi pasión, para salvar y ganar plata, pero ese vacío seguía ahí. No encontré alguna otra cosa nueva que quisiera hacer. Así que decidí (no sin miedo) a dar un primer paso, con o sin ganas y proponerme al día siguiente dar el próximo, con o sin ganas. Pequeños pasos (ya los delirios de grandeza se me habían pasado) un paso a la vez, sostenidos y de a poco me puse alegre de ir avanzando y tener mínimos logros (eso era infinitamente mejor que la pasividad de mirar el techo).
Avancé muerta de miedo, mi cabeza no paraba de “maltratarme” y convencerme que no servía para esto, que no era suficiente, que no era buena para trabajar sola y bla bla bla… decidí escucharla, pero no hacerle caso y seguir.
Tomé decisiones sin tener ni una certeza que fueran las correctas, estudié y estudié para asegurarme que era suficiente y capaz, busque información, guardé carpetas y carpetas con artículos, aprendí a pedir ayuda, me deje llevar por la intuición (era lo único cierto, nada comprobable). Practiqué, ofreciendo mis servicios gratis, perdí mil horas procrastinando por miedo a salir a la luz y lanzar mi proyecto. Ese es el punto de inflexión, el salto al vacío, de ser valiente, desafiando al miedo.
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Todo lo que les cuento es desde el esfuerzo, la motivación creo que la sentí en unos pocos momentos.
Y cuando ya estaba todo listo... después de las mil vueltas que les conté. Me tapé los ojos, me apreté la nariz y me lancé con una sensación de vértigo en el estómago y un nudo en la garganta.
Fue en ese momento donde los clientes empezaron a llegar, sorprendida me di cuenta de que todo lo que había hecho, sintiendo que no tenía un hilo conductor, se fue armando como el guion de una película, donde llegando al final vas atando cabos y logras entender todo.
Esa alegría que sentí me devolvía el motor, la fuerza, el ánimo de trabajar y querer seguir avanzando. ¡¡¡Volvió la motivación!!! ¡Al fin!
En realidad, no llegó sola, yo la llamé y la busqué y trabajé para tenerla de nuevo.
Obvio que en este momento que estoy motivada, me siento increíble y llena de energía, pero claro está que mi logro fue sin ella.
Mi logro tuvo que ver con perseverancia, paciencia, trabajo, vencer el desánimo, el desgano, las ganas de dormir y no levantarme, estar sola en mi proyecto, la incertidumbre, avanzar a pesar del miedo, aceptar ayuda, escucharme, entender que los “fracasos” no son más que equivocaciones que nos entregan aprendizaje, aprender a estructurar mi proyecto, planificar mis días una y otra vez, perdonarme todos los días que no pude seguir esa planificación y proponerme de nuevo cumplirlo, de sentir frustración y rabia por que las cosas no “salen” como yo quería, de sentir un pequeño orgullo de cada logro diario…
¡Pero de motivación, ni hablar!
Ahora llega como la Reina de la fiesta a robarse las miradas.
Es por eso por lo que quiero bajar del trono a la motivación y compartirles que, para lograr un proyecto, sueño, objetivo, meta o propósito, se necesita mucho más que sólo una charla motivacional.
Luego de esta reflexión la pregunta que les ofrezco es:
¿Qué viene primero, la motivación para dar el primer paso o el primer paso para motivarte?
Carola Guzmán / Coach ejecutivo y Master practitioner en PNL
Encargado Departamento Mecánico Agar del Pacífico S.A.
1 añoExcelente artículo. Lo complicado de hoy, es que estamos rodeados de personas que parece están en el lugar equivocado, porque se ve mucho el desgano, el desánimo. Muchas personas después del COVID están en esa, culpan a otros y a las circunstancias por algo que depende SOLO de ellos. Tremendo ejemplo Carola.
Program Manager | Experiencia Clientes | Innovación Corporativa | Operaciones
2 añosBuenísmo tema Carola!! Muy útil como siempre
Marketing & Fundraising Manager
2 añosExcelente articulo !
Gestión comercial, liderazgo de equipos, ventas, Marketing y Publicidad
2 añosGenial vuelta de tuerca al tema de la motivación. Esta visión me hizo todo el sentido del mundo, muchas gracias Carola!