La Arquitectura, la Gestión de Proyectos y la Resistencia.
La Arquitectura, la Gestión de Proyectos y la Resistencia.
Vitruvio, el primer arquitecto romano, quien vivió entre el 70 a.C y el 15 a.C, decía que un edificio debía tener tres virtudes: ser firme, útil, y hermoso. Estas tres virtudes siguen vigentes, y aprender a integrarlas requiere una fusión entre Arte y Ciencia, que no siempre es sencilla ni exitosa. En los tiempos modernos, y desde el surgimiento de las Universidades, se comienza a estandarizar el programa de estudio para convertirse en Arquitecto. Y como parte de su formación, el futuro arquitecto aprende Sociología, Historia, Filosofía hasta Matemáticas, Fisica y Técnicas de Construcción. El arte de proyectar generalmente se aprende de forma más experimental en Talleres de Diseño, quedando en manos del estudiante la integración de las distintas áreas del conocimiento. En los últimos años hemos visto la incorporación de Marketing y Finanzas en el Programa Curricular. Entonces, ¿por qué no Dirección de Proyectos para Arquitectos? Un dato interesante para reflexionar: de los miembros de PMI Panamá, sólo el 4% son Arquitectos. Analicemos las causas de la resistencia de estos profesionales a la hora de adoptar nuevos procesos.
1. Factores Históricos y Socioculturales
El estereotipo del Arquitecto contemporáneo es el de un personaje muy “sui generis”, extremadamente singular y excepcional, pero con una gran falta de formalidad que generalmente le lleva a un muy bajo compromiso de entregar su trabajo a tiempo. Esta informalidad viene desde sus tiempos de estudiante en los Talleres de Diseño, donde históricamente la calificación y el valor de un proyecto residían en su genialidad, en la resolución exitosa de un programa arquitectónico con determinado lenguaje, más nunca en la gestión de sus costos o del tiempo de su ejecución. Estos factores socioculturales marcaron a varias generaciones de Arquitectos.
2. Falta de Información
En el mundo de la Gerencia de Proyectos, ya sea que hablemos de metodologías predictivas o ágiles, los procesos fueron creados para ser aplicados con el debido conocimiento y con una buena dosis de sentido común. Todo Arquitecto trabaja con Proyectos, y aunque no lo haga de forma consciente o estructurada, él estará ejecutando varios procesos de la Dirección de Proyectos. El problema es que con la falta de estudio y capacitación en la administración de proyectos, probablemente no los estará utilizando correctamente o a su favor, y su sentido común por sí solo no será suficiente para cumplir con los objetivos.
3. Sistemas de Organización muy rígidos
Los Proyectos de Construcción se organizan en Fases que van desde la Planificación, el Diseño, la Construcción hasta la Operación y el Mantenimiento. Este sistema tradicional de organización en fases resulta un poco rígido a la hora de integrar los requerimientos y/o el expertise de los otros actores. Y con los modelos de contratación tradicionales (“Diseño – Licitación – Construcción”), el arquitecto queda encasillado en el diseño, y el contratista en la ejecución, con una enorme falla en el análisis de las necesidades del otro, y con un riesgo muy alto de caer en retrabajos, que solo pueden terminar en una baja eficiencia y débil productividad.
4. El temor a lo desconocido
La formalidad implícita en la gestión de proyectos puede percibirse como una amenaza al alma creativa de los arquitectos. Les traigo un ejemplo con el diseño generativo; una nueva herramienta tecnológica que a través de algoritmos matemáticos permite la automatización de determinados procesos de diseño, que usualmente toman mucho tiempo y no agregan valor. Lamentablemente, frente a los ojos de muchos arquitectos que tienen temor a lo desconocido, el diseño generativo representa una amenaza; ya no sólo a su creatividad, sino a ser reemplazados por la inteligencia artificial.
5. Industria Atípica. Baja Productividad.
La industria de la Construcción tiene estadísticamente uno de los más bajos índices de productividad entre los sectores económicos, precisamente por ser una industria atípica, poco industrializada, condicionada por factores climáticos, altos riesgos en la seguridad humana, y con un personal con muy bajo nivel educativo. La incorporación de la tecnología ha sido muy lenta a lo largo de las últimas décadas, y la innovación apenas está dando sus primeros pasos con la introducción de la Metodología BIM (Building information Modeling), a pesar de su promesa de traer grandes beneficios.
¿Cómo acortar la brecha entre los Arquitectos y la Dirección de Proyectos?
Un diseño, por más brillante o sobrecogedor, si no viene acompañado de una buena gestión de Proyectos, incluyendo las mejores habilidades interpersonales de comunicación, no llegará a buen puerto. La sencilla incorporación de un Acta de Constitución al inicio de un proyecto puede hacer toda la diferencia para asegurar que se cumpla el objetivo que le dio origen. Si hablamos en términos BIM, el BIM Execution Plan, podría evitar interminables horas mal invertidas en retrabajo, el cual es producto de una falta de dirección y diálogo en el equipo del proyecto.
Con el mismo propósito de reducir el retrabajo y el desperdicio surge el Lean Construction, basado en los principios de la mejora continua y en la adaptación del Toyota Production System al sector de la construcción. Asociado al Lean, aparece en escena una nueva forma de contratación, conocida como IPD: “Integrated Project Delivery”, en la cual se integran de forma bien temprana los requerimientos de todos los actores, derribando barreras e intereses contrapuestos. A modo de ejemplo: un Contratista podrá solicitarle al Arquitecto que estandarice su diseño en una fase temprana, sin necesidad de esperar al Plano de Taller, de forma eficiente y sin desperdicios. Con el IPD las reglas cambian y se trabaja colaborativamente para optimizar el resultado.
Desde el PMI podemos ayudar a educar y a difundir información clave que le permita al Arquitecto visualizar el valor de incorporar los procesos de la Dirección de Proyectos, integrando también la tercera virtud de Vitruvio.
“Cuando estoy trabajando en un problema, nunca pienso sobre su belleza. Pero cuando lo termino, si la solución no es bella, sé que está equivocada.” Richard Buckminster Fuller.
Arquitecto | Project Manager | PMP
3 añosQue buen artículo!