LA BRECHA DIGITAL Y LOS GRUPOS EN RIESGO DE EXCLUSIÓN SOCIAL

LA BRECHA DIGITAL Y LOS GRUPOS EN RIESGO DE EXCLUSIÓN SOCIAL


Muchos son los obstáculos que nuestros usuarios manifiestan encontrar en su búsqueda activa de empleo. La edad, la falta de formación, la experiencia,… pero es curioso que, en la mayoría de los casos, cuando hablamos de personas mayores de 45 años, minorías étnicas, y personas en procesos de reinserción social, no hacen patente la escasa o nula utilización de las nuevas tecnologías en la búsqueda de empleo.

Cuando se está sin empleo, cuando es mucho tiempo el que se vive sin un empleo, está claro que lo inmediato y la necesidad de cubrir necesidades básicas son el primer objetivo que pueda tener una persona. Como consecuencia, el impulso se traduce en la huida hacia adelante. Salir a la calle a repartir curriculums a diestro y siniestro, sin importar el sector y sin tener en cuenta si tenemos experiencia en determinadas ocupaciones, lo importante es trabajar, “DE LO QUE SEA”.

Hace ya años del momento en el que se produjo el cambio de aquella sociedad pre-crisis a la que vivimos actualmente. Necesitamos entender que el mercado laboral ya no se mueve en lo físico, sino que se ha trasladado a la red, un mundo con sus propias reglas y dinámicas que en muchos casos a estas personas les cuesta entender y aceptar.

Pero como en muchas situaciones difíciles es necesario parar, respirar y reformular, la búsqueda de empleo requiere, como sabemos, establecer un objetivo, trazar el camino y asignar recursos para conseguir llegar a la meta. Hasta aquí todo claro, pero volvemos a chocar de nuevo con la brecha digital. 

Hemos hablado de pobreza, de trazar una estrategia, pero algo no deja establecer la conexión. Es verdad que existen falta de recursos económicos, pero hoy todo el mundo tiene un teléfono móvil, y la mayoría de las veces, con conexión a internet y con la descarga de aplicaciones que facilitan nuestra comunicación con nuestro entorno inmediato y los que no lo son tanto.

Además, en muchas de nuestras ciudades, distritos y barriadas, las administraciones locales y muchas entidades sin ánimo de lucro, ofrecen servicios de información, formación y acceso a internet con la puesta a disposición de equipos informativos con el objetivo fundamental de disminuir la Brecha Digital. Cursos con duración anual para la primera alfabetización digital; talleres para el uso de las nuevas tecnologías en la búsqueda de empleo; Píldoras formativas sobre Marca Personal…

Si estos recursos están…¿Qué falla entonces?

Volvamos al punto de partida, el momento en el que se produce el CAMBIO. La sociedad, y especialmente los mercados y sobre todo el tejido productivo busca la eficiencia en sus recursos para una mejor competitividad. La eficiencia supone talento o innovación tecnológica y la sociedad, por ende, asume esa eficiencia en sus formas de proceder en su día a día. ¿Por qué no iba a afectar al mercado laboral?

El nuevo entorno, demanda velocidad. Para poder competir y seguir perviviendo requiere cambios rápidos y eficientes, y la demanda de trabajadores no iba a ser menos. De otra manera, un proceso de selección se eterniza y encarece.

Y aquí es donde se complica la situación. De forma general, la adaptación al cambio lleva su tiempo, tanto si la persona está motivada ante ese cambio como sino y más aún una persona perteneciente a grupos en riesgo de exclusión social, por sus especiales características.

Con lo que, pongamos un ejemplo: si la búsqueda de empleo en su sector fue por contactos o el boca oído, le costará acostumbrarse a elaborar un curriculum, crear y gestionar un correo electrónico, conocer aplicaciones que pueda manejar desde el teléfono para la búsqueda de empleo. Por supuesto un nivel bajo de formación dificultará el entendimiento del lenguaje informático y de la utilización un tanto complicada de aplicaciones y plataformas relacionadas con la búsqueda de empleo.

Ni siquiera han tenido que tener contacto con estas nuevas formas de comunicación, es que su mundo ya no existe, y ante esa situación, el mundo interior palidece y el exterior se empequeñece impidiendo actuar en consecuencia ante la búsqueda de empleo.

No se trata de Brecha Digital, se trata de no adaptación al cambio.


Eva María Pérez Navarro

Consultora Fundación Adecco Sevilla 

Anabel Robles Mayoral

Auxiliar Administrativo. Recepcionista. Atención al Cliente

6 años

Por cierto, lo último que he participado es en el plan Integra con Federación Liberación, tanto en el 2017, como en el 2018. , en este último es dónde recibí el curso de coaching.

Anabel Robles Mayoral

Auxiliar Administrativo. Recepcionista. Atención al Cliente

6 años

Muy interesante tu artículo, yo soy mayor de 45 años, y estoy en riesgo de exclusión social. No paro de moverme y SI uso las nuevas tecnologías, e incluso enseño a las mamis del cole, mucho más jóvenes que yo , que no saben. Yo creo que debe ser otro factor el que nos hace imposible estar en el  mercado laboral. He trabajado de dependienta, camarera, auxiliar administrativo, diseñadora gráfica, etc. Hace poco estuve en un curso de COACHING PARA LA EMPLEABILIIDAD, y nos  hablaban de lo que tu comentas..DE LO QUE SEA, pero por desgracia, mi objetivo, se fue al garate.  Estudié IMAGEN Y SONIDO, hice prácticas en TVE Y RTVA, trabajé gratis para programas pilotos, que si se vendían yo tendría trabajo..y mientras tanto, trabajé  DE LO QUE SEA, y así sigo desde 1995!! Yo lo siento mucho, pero creo que el factor suerte de conocer a alguien es muy importante. Porque yo no paro de hacer cursos, de apuntarme a planes de empleo, etc. etc, y mientras tanto...trabajo de empleada de hogar!!!

Javier Mata Márquez

Orientador Laboral | Tutor de Formación | Formador| Organizador Eventos Empleo

6 años

Gran artículo Eva, si me permites, querría aportar una observación que encuentro de manera habitual en las personas que me encuentro. Muchas veces veo, como bien dices, personas con elementos digitales como móviles o tablets, en riesgo o no de exclusión, saben desenvolverse con estas herramientas a nivel técnico. La dificultad que observo es la falta de habilidades sociales, el no saber expresarse, argumentar un correo de manera coherente, saludar, empatizar... Es cierto que cada vez hay más recursos que se ponen a disposición del público por vía online, pero desde mi punto de vista falla la forma de publicitarlo, darlo a conocer, ya que se suele hacer vía redes sociales, precisamente donde no entran, si lo hacen en el Facebook de amigos, pero no en el círculo donde los orientadores nos movemos y compartimos, no suele ser lo habitual.

Remedios Arjona Conejero

Orientadora Laboral / Psicóloga / Formadora / Acompaño a Personas en su Desarrollo Profesional. Mejoro su Empleabilidad

6 años

Totalmente de acuerdo compañera, es cierto que los recursos estan ahí pero, como bien dices, la velocidad que demanda el mercado laboral para su adaptación y el manejo eficaz de los recursos digitales, limita a este colectivo. Felicidades por el artículo. Un abrazo!

Patricia Ortiz Pacheco

Gestión y Desarrollo de la Formación. Técnico de Formación. Formadora sector Comercio y Marketing

6 años

El no querer cambiar, esa es la actitud que frena. Buen artículo!

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