La Ciberseguridad en Primer Plano: el Rol de la Tecnología en la Lucha Contra las Amenazas Digitales
A medida que nos acercamos al 2024, resulta imperativo analizar los ataques cibernéticos como un riesgo global inminente, destacando la necesidad de incorporar la ciberseguridad en las estrategias corporativas.
En este contexto, la tecnología emerge no solamente como vector vulnerable, sino también como una herramienta vital para promover medidas protectoras efectivas, estableciendo un puente entre la innovación tecnológica y la mitigación de las amenazas digitales. El objetivo de este artículo es discutir cómo lograrlo.
Informe de Riesgos Globales 2023
Según el Global Risks Reports 2023, la inseguridad cibernética y los crímenes cibernéticos, por lo general, se encuentran entre las diez amenazas para el mundo en la próxima década. La categoría ocupa el octavo lugar en la clasificación del Foro Económico Mundial (WEF) tanto en la proyección para dentro de dos años como en la proyección para dentro de diez años.
Entre los factores que contribuyen a esta situación, destacan las crecientes inestabilidades geopolíticas y las tecnologías emergentes, que, debido a su capacidad para almacenar y procesar grandes volúmenes de datos, así como a sus análisis sofisticados, pueden poner en riesgo la privacidad de las personas y de las organizaciones.
La inseguridad cibernética representa una amenaza progresiva para los próximos años, a medida que nuestra dependencia de la tecnología continúa expandiéndose. Con el aumento exponencial de dispositivos conectados y la proliferación de datos en línea, los ciberataques se vuelven más sofisticados y frecuentes. La posibilidad de violaciones de datos personales, robo de identidad y ataques a infraestructuras críticas cuestiona la seguridad en el ambiente digital.
Los avances en Inteligencia Artificial (IA) y en la Internet de las Cosas (IoT) ofrecen numerosas conveniencias, pero también amplían las vulnerabilidades. La falta de conciencia sobre prácticas de ciberseguridad, junto con la creciente habilidad de los ciberdelincuentes, crea un terreno propicio para amenazas persistentes. Empresas, gobiernos e incluso individuos se convierten en blancos potenciales, enfrentando graves consecuencias, desde pérdidas financieras hasta daños a la reputación y a la seguridad nacional.
¿Cómo la tecnología puede ayudar a resolver las vulnerabilidades digitales?
Por un lado, podemos decir que es la dependencia de las tecnologías digitales lo que lleva al aumento de casos de ciberataques, dejando personas e instituciones expuestas. Por otro lado, debemos destacar que son estas mismas soluciones tecnológicas las que desempeñarán un papel fundamental en la gestión de problemas de ciberseguridad y filtración de datos, ofreciendo respuestas innovadoras para fortalecer acciones de defensa digital; contribuyendo a la detección temprana de actividades sospechosas; identificando anomalías; y mitigando amenazas en tiempo real.
Sistemas de criptografía avanzada, por ejemplo, proporcionan una capa adicional de protección, garantizando la confidencialidad de los datos transmitidos y almacenados. Además, el desarrollo de firewalls y herramientas de seguridad de red mejoradas ayuda a bloquear los accesos no autorizados y prevenir ataques cibernéticos.
La automatización de procesos de seguridad respaldada por tecnologías como la gestión de información y eventos de seguridad (SIEM) agiliza la respuesta a incidentes.
La aplicación de prácticas de seguridad basadas en computación en la nube también ofrece ventajas significativas en lo que respecta a la seguridad corporativa. Esta revolucionaria tecnología ha surgido con el objetivo de facilitar el almacenamiento y la gestión de datos digitales. Funciona a través de centros de datos en la nube (centros de datos) remotos mantenidos por proveedores de servicios en la nube, que se encargan de almacenar, procesar y computar los datos, sistemas e infraestructuras a los que acceden sus clientes. Su importancia para los negocios radica en la flexibilidad y escalabilidad que ofrece, permitiendo a las empresas ajustar dinámicamente sus recursos en función de sus demandas.
El computación en la nube asegura, además del almacenamiento de datos, la posibilidad de gestionar la identificación y el control de acceso; la seguridad de plataformas y aplicaciones; la protección adicional de los datos a través de capas, como la autenticación multifactor; el enrutamiento, gestión y protección del tráfico de red; la recuperación; la criptografía avanzada; la autenticación de la integridad de datos, entre otros beneficios, según la herramienta elegida.
Más que eso, contar con este servicio se traduce en ganancias financieras considerables para la empresa. Cuando pensamos en costos de ciberseguridad, normalmente consideramos solo gastos en salarios, hardware y licencias; pero olvidamos los costos asociados con la depreciación de activos, el mantenimiento de UPS y generadores; las garantías extendidas; la actualización de hardware, sistemas operativos y base de datos; profesionales altamente especializados; etc. La migración a la nube reduce todos esos costos operativos y de TI, contribuyendo a aumentar los ingresos y mejorar la eficiencia.
Los centros de datos en la nube son evaluados por organismos de certificación tanto por su capacidad física de protección de datos -resiliencia ante desastres naturales, incidentes mecánicos, etc.- como por la calidad de sus procesos. Es interesante mantenerse atento a estas certificaciones a la hora de contratar un servicio de computación en nube porque son una especie de "garantía" de la alta fiabilidad, credibilidad y seguridad. Las empresas certificadas estarían menos expuestas a pérdidas causadas, por ejemplo, por downtimes (tiempos de inactividad en el que la información deja de estar disponible) o por la falta de integridad en la prestación de servicios, etc.
Estas son solamente algunas de las certificaciones más importantes:
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En resumen, el avance tecnológico proporciona las herramientas avanzadas para fortalecer la ciberseguridad y desempeña un papel crucial en la prevención y la rápida respuestas a filtraciones de datos. Al invertir en soluciones tecnológicas específicas, las organizaciones pueden construir una defensa más fuerte contra las crecientes amenazas cibernéticas, garantizando la integridad y la confianza en la era digital.
Prácticas de gestión
Las prácticas de gestión también contribuyen significativamente a la mitigación de problemas de ciberseguridad y filtración de datos, estableciendo la base para una cultura organizativa de transparencia y honestidad. Un liderazgo comprometido en promover la ciberseguridad debe establecer políticas claras y directrices que permeen toda la organización, asegurando que todos los involucrados estén conscientes de las amenazas a las que están expuestos y de cuáles procedimientos seguir para prevenir o remediar los daños consecuentes.
La creación de una cultura organizativa basada en la transparencia y en la honestidad es esencial. Esto implica educar a los colaboradores sobre los riesgos cibernéticos y la importancia de prácticas seguras. Cuando los miembros del equipo comprenden la relevancia de la ciberseguridad, se convierten en participantes activos en la prevención de amenazas, favoreciendo la construcción de una barrera efectiva contra los ataques.
Las prácticas de gestión eficaces también incluyen la implementación de entrenamientos regulares en ciberseguridad, asegurando que los empleados estén actualizados sobre las últimas amenazas y formas de combatirlas. Además, la creación de políticas de acceso restringido y el seguimiento constante de las actividades digitales ayudan a prevenir accesos no autorizados.
Al alinear las prácticas de gestión con las tecnologías de seguridad, las organizaciones refuerzan sus resultados. Estrategias proactivas incluyen la asignación de recursos para invertir en soluciones avanzadas de ciberseguridad, la adopción de estándares de conformidad rigurosos y la implementación de políticas de respuesta a incidentes.
Un enfoque integrado que combine prácticas de gestión, una cultura organizacional de transparencia y honestidad, y el aprovechamiento de tecnologías de vanguardia, crea una defensa cohesiva en contra de las amenazas cibernéticas. Este alineamiento no solo protege los datos sensibles de la organización, sino que también fortalece la confianza de clientes y socios, consolidando la reputación de la empresa en el escenario digital.
Zero Trust: jamás confiar, siempre comprobar
El modelo zero trust-, en traducción literal, “confianza cero”, es un enfoque de seguridad corporativa que desafía la idea tradicional de confiar implícitamente en los usuarios y dispositivos dentro de la red. En cambio, adopta la premisa de que ningún usuario o dispositivo es confiable para acceder a un recurso hasta que se verifique su identidad y autorización, incluso si se encuentran dentro del perímetro de la red.
Este modelo se fundamenta en la idea de que las amenazas pueden surgir tanto de fuentes externas como internas. Por lo tanto, la confiabilidad debe ser verificada continuamente. Esto se logra a través de autenticación rigurosa, comprobación explícita, control de acceso granular y seguimiento constante de las actividades en la red, presuponiendo la existencia de brechas.
La implementación del modelo zero trust- implica la segmentación de la red en microperímetros donde cada usuario o dispositivo tiene acceso solo a lo estrictamente necesario para sus funciones. Esto reduce la superficie expuesta a ataques y limita el impacto en caso de perjuicios. Además, se utiliza ampliamente la criptografía para proteger la comunicación entre diferentes partes de la red.
Al desafiar la confianza automática e implementar prácticas de seguridad más rigurosas, las organizaciones pueden mitigar los riesgos de violaciones de datos, ataques de malware y accesos no autorizados.
El zero trust- ayuda a garantizar la integridad y la confidencialidad de los datos corporativos, fortaleciendo la postura de seguridad de ela organización en un ambiente digital dinámico.
Mis últimas consideraciones:
En una realidad social y tecnológica cada vez más compleja, el enfoque integrado de seguridad corporativa es esencial para proteger los activos críticos de la organización. Hemos explorado en este artículo la evolución de la inseguridad cibernética, reconociendo la importancia de la tecnología en la lucha contra amenazas cibernéticas y filtración de datos. La implementación de prácticas de gestión sólidas, junto con una cultura organizativa basada en la ética, emerge como un pilar en la defensa contra ciberataques.
Como hemos visto, el innovador modelo Zero Trust transforma la manera como las organizaciones enfrentan el tema de la seguridad dentro de sus redes, introduciendo camadas robustas de autenticación, control de acceso y segmentación de red. Este enfoque no solamente intensifica las medidas contra las amenazas externas e internas, sino que también limita los posibles daños, preservando la integridad y confidencialidad de la información.
La interconexión de estos elementos -tecnología avanzada, prácticas de gestión eficaces y la mentalidad zero trust- proporciona el soporte para la creación de una defensa consistente y adaptable contra los desafíos emergentes de ciberseguridad. En última instancia, la inversión continuada en seguridad digital es la salvaguarda para sostener la credibilidad de la empresa frente a sus stakeholders.
Al adoptar un enfoque holístico, las organizaciones pueden navegar con más confianza en las aguas turbulentas de la ciberseguridad y garantizar un futuro más seguro y exitoso.