LA COMODIDAD ES CARA, PERO SE SIENTE TAAAN BIEN
CAPITULO I
Es una constante que se repite y vuelve disfrazada de muchas maneras. A veces sin darte cuenta te hace sentir bien, seguro y hasta llegas a quererla. Te permite dormir diferente, te entrega confianza. ¡Y qué importante que es la confianza!
Así es ella. Te entrega un sin fin de cosas que valoramos y de hecho buscamos de forma permanente inconsciente y conscientemente. No hay con qué darle, la queremos todo el tiempo; cuando no la tenemos la extrañamos y si la tenemos, nos relajamos. Y esto ultimo me molesta.
Hoy decidí escribir de ella justamente por eso. ¡Ojo! no confundamos relajarnos para disfrutar, con relajarnos para que las cosas funcionen en automático. Estoy seguro que todos entienden muy bien de lo que hablo. Una cosa es irse de vacaciones, relajar la mente y disfrutar cada segundo de ocio, y otra es relajarse en el día a día, encontrarse resolviendo los problemas con la misma formula, haciendo esa rutina que tanto conoces y que inclusive podrías realizarla sin ni siquiera abrir los ojos cada mañana.
Personalmente creo que esa comodidad a la larga, es como si fuese un enemigo. Hay que escapar de ella y cada vez que lo logramos, crecemos. En el buen sentido lo digo, animarnos a hacer cosas nuevas nos hace un poquito mas valientes; esas nuevas experiencias nos dan herramientas para enfrentar problemas que ni imaginábamos; nos permite conocer personas que seguramente, si vieron una actitud constructiva en nosotros, nos abrirán puertas a futuras aventuras.
No creo que sea bueno quedarse quieto, nacimos para estar en movimiento. Nuestros cuerpos se mueven, nuestros pensamientos se mueven, nuestros sentimientos se mueven. Todo se mueve en nosotros y algo que se queda quieto, en lo personal, creo que se asemeja más a algo muerto. Y eso en definitiva, no está bueno.
A diferencia de mis viejos, tuvimos la oportunidad de nacer en un mundo totalmente conectado. Y no es cosa menor. Estar conectado significa mayor igualdad de oportunidades, significa acceso a la información. Si sos autodidacta ni hablar, no hay nada que no puedas aprender, no hay nadie con quien no puedas hablar, no hay negocio que no puedas encarar. En definitiva, gracias a dios, o mejor dicho a internet, o mejor dicho a Bill Gates y a otros genios de Silicon Valley, hoy ya no existen fronteras, sólo las que nosotros mismos nos trazamos.
El horizonte es aquel que cada uno quiere que sea, y la actitud, junto a la ingesta de información, son un mix perfecto para no quedarse quieto. Para ir contra la comodidad.
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Este capitulo no tiene el objetivo de que lo sientas como un manual de autoayuda. Ni nada parecido. Quiero hablar mal de la comodidad. Quiero que la critiquemos porque si levantamos la cabeza, muchas cosas malas pasan por causa de ella.
Un buen ejemplo es la pandemia. Todos estamos de acuerdo que cambiaron los hábitos de consumo, que muchas cosas buenas pasaron, como por ejemplo, comprobar que el mundo sigue girando si hacemos trabajo remoto desde casa. Y así muchísimas cosas más. Lo que paso realmente es que la vida misma nos obligo a romper con esa comodidad.
Pero muchas cosas más deben suceder. Es necesario salir de la comodidad de cómo elaboramos productos masivos, como nos transportamos, cómo arrasamos nuestros mares con técnicas que son “cómodas” y que nos destruyen a nosotros mismos. Es necesario que a cada uno le moleste para que la comodidad de todos no sea algo que nos hace mal, sino lo contrario, deberíamos tener la actitud de ser mejores. Y eso amigos, no es cómodo, pero es bueno.
Por eso, si te sentís cómodo, si sentís que las cosas van sobre rieles déjame decirte que es el momento de abrir los ojos, de hacerte preguntas, de pedir mas. Es el momento de salir de ahí para ser mejor. Porque si llegaste a dónde estás y las cosas funcionan bien, seguro, sin ninguna duda, con absoluta certeza, eso puede ser mejor. Solo depende de lo que quieras y de lo que estes dispuesto hacer.
En lo personal, me pasó en diferentes momentos. Siempre creí en el trabajo y en el compromiso. Y funcioné en automático muchas veces en diferentes momentos, pero por suerte, hasta ahora, absolutamente siempre que me di cuenta que estaba cómodo, decidí cambiar. Y eso me hizo mejor, me trajo mayores satisfacciones emocionales y materiales.
La comodidad es una mierda en pocas palabras. Es lo que nos hace quedarnos quieto, lo que nos frena al momento de progresar. El problema de la comodidad es que sabe bien. Y si no nos abstraemos del placer inmediato, nos envuelve y nos hace engordar. Por eso es cara, porque si nos entregamos significa renunciar a las cosas que realmente tiene valor, como tu éxito o tu felicidad.
Que se sienta bien no significa que haga bien. Fíjate.