La creatividad: la más buscada
Por: Josefina Maisonnave
Algunas personas se pueden estar preguntando, ¿qué es ser creativo o creativa? Para mi, es hacer las cosas diferente, tener un pensamiento lateral, mejorar cómo se hacen las cosas actualmente. Y, ¿por qué hoy es tan importante ser una persona creativa? Es tan importante, que en función de una investigación que se basa en una red de más de 600 millones de personas y 20 millones de empresas, la creatividad está en el top#1 de las habilidades blandas que las empresas necesitan para sus colaboradores. Pero, se seguirán preguntando ¿por qué? Es sencillo: hoy lo único que es constante en el mundo es el cambio, y todo el tiempo tenemos que estar resolviendo desafíos. Y cuanto más rápido lo hagamos, mejor. Y para poder encauzarnos en el mundo de la creatividad e innovación, tenemos que comenzar por empezar a pensar diferente.
Hace unos años me sentía una persona incapaz de ser creativa. Por mi forma de ser, por mis habilidades desarrolladas hasta ese momento y por la poca confianza que tenía en mi potencial creativo. El tiempo me enseñó todo lo contrario.
Me considero una defensora feroz sobre el desarrollo de las habilidades blandas, o estratégicas como me gusta llamarles. Ellas son las habilidades que todavía las máquinas no podrán reemplazar. Y son las que nos hacen seres diferentes en este planeta. Cuando doy clases en el curso de Creatividad e Innovación, una de las diapositivas infaltables es la foto del ranking de las habilidades más buscadas en las organizaciones: Y ella siempre está ➫ LA CREATIVIDAD.
Nuestros pensamientos determinan nuestro comportamiento, acciones y posteriores consecuencias. Y la realidad es que todos podemos ser creativos, pero tenemos que destrabar ese miedo a poder serlo. Necesitamos creer que somos capaces de cambiar la realidad, y tirarnos al agua.
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La creatividad es como un músculo, que, si no la ejercitamos, va quedando atrofiada. Para empezar a activar esta habilidad y les recomiendo dos primeros pasos:
1- Empezar a romper la rutina. Preguntarme por qué hago lo que hago y de la manera que lo hago. ¿Lo hago por inercia? Por costumbre? ¿Lo puedo hacer diferente?
Les doy un ejemplo de cómo yo rompo la rutina: en vez de ir a trabajar a la oficina, me voy a algún lugar diferente. Y es increíble el efecto que tiene en mí.
2- Empezar a creérsela un poco más. ¡Animarse! No tener miedo a equivocarse, probar hacer las cosas diferentes. Repetir: “Yo soy creativo, yo soy creativa”, muchas veces. Y empezar por cosas simples. Por ejemplo: empezar clases de guitarra o clases de teatro, o salir a correr todos los días, si eso es lo que siempre quisiste pero te da miedo o vergüenza, empezar a usar ropa que siempre quisiste pero no te animaste.
Para quienes quieren comenzar a andar por este camino de ser más creativos, les recomiendo comenzar leyendo este libro, sencillo e interesante, Creative Confidence de Tom Kelley.