La cruda realidad detrás de la desmotivación de tu equipo
En menos de tres minutos sabrás por qué un sueldo y un reconocimiento como "Empleado del mes" no son suficientes para que tus colaboradores se apasionen por su trabajo.
Mira...
Cuando tenía como 20 años y estudiaba mi carrera en mi universidad, recibimos la visita de unos directivos de una de las empresas más grandes del mundo.
Es una de esas que fabrica de todo y lo vende en todos lados. Ya sabes, desde detergente hasta cepillos de dientes.
Nos vinieron a invitar a un programa para trabajar con ellos.
Los interesados pasarían por un proceso de selección y los elegidos, además de obtener el trabajo en una de las empresas más importantes del mundo, serían llevados a un viaje internacional gratis.
Sonaba muy interesante.
Pero yo ya tenía trabajo en mi propia empresa.
Pero, como buen joven que se creía capaz de todo, me dije:
"Participa en el proceso de selección y si te eligen ya decidirás qué hacer".
Así que apliqué.
Realicé cuestionarios en línea, exámenes de razonamiento matemático intensos, entrevistas frente a paneles de colaboradores de esa empresa y otras cosas más.
Pasaron tres meses y no recibí respuesta.
Cuatro meses y nada.
Cinco meses y sólo silencio.
Hasta que al sexto mes recibí un correo electrónico que decía:
"Has sido seleccionado de entre todos los candidatos para trabajar con nosotros, te invitamos a una sesión de inducción el día..."
En ese momento me sentía verdaderamente especial.
Una empresa que elige a menos del 5% de los aplicantes para trabajar en ella me escogió.
Y, aunque ni siquiera estaba seguro si quería trabajar ahí, fui a la famosa inducción.
Llegamos y nos pusieron una serie de videos acerca de cuántas vidas toca esta empresa por día.
Ya sabes, de esos que tienen piano de fondo y te dejan con el corazón emocionado y enamorado de la marca.
Después nos platicaron cómo es la vida de un colaborador de esta gran empresa y todas las oportunidades de crecimiento que hay en ella.
Todo iba muy bien.
Ya hasta me estaban convenciendo.
Pero entonces vino una presentación final.
Uno de los anfitriones del evento nos dijo algo así:
"Nuestra misión como colaboradores es incrementar el valor de la acción para el beneficio de los accionistas".
Recomendado por LinkedIn
Entonces pensé:
"¿Qué?!!! ¿Mi misión de vida es hacer que otras personas se hagan más ricas?"
En ese momento decidí que eso no era para mí, me paré discretamente y salí de esas oficinas para no volver.
No, no soy tan ingenuo como crees...
Sé que así es como funcionan las empresas, que hay accionistas y colaboradores y que el objetivo de una empresa es generar rentabilidad, pero al escucharlo así de claro, me desilusioné.
Y no soy el único.
Esto le puede pasar a cualquier colaborador en una organización.
Cuando nos sentimos como engranajes de una máquina que busca lograr beneficios para alguien más, nos desanimamos.
Sí, sé lo que estás pensando:
"Carlos, pero la empresa te pagaría un sueldo, bonos y prestaciones. Así te recompensaría por tu contribución a su crecimiento".
Va más allá que eso.
Para que un colaborador se apasione por su lugar de trabajo debe sentir que este le ayuda a lograr SUS propias metas.
Que gracias a ese trabajo:
Si quieres tener un equipo apasionado por su trabajo y que dé mejores resultados, recuerda esto:
El empleo que les das no es el fin de su vida, sino un medio para lograr SUS objetivos en muchos aspectos de ella.
¿Me explico?
Haz que trabajar contigo haga que tu equipo crezca, que tengan una calidad de vida envidiable, que progresen hacia sus propios objetivos.
Y entonces sí tendrás guerreros apasionados por hacer crecer los resultados.
¿Quieres saber qué te falta para que tu equipo obtenga resultados excepcionales?
Aplica para un diagnóstico comercial Tierra Fértil GRATIS aquí.
O entra a la siguiente liga:
Los lugares son limitados, así que no te enojes si no alcanzas un espacio para la próxima semana.
Espero que esta historia te haya aportado valor.
Con cariño,
Carlos.
PD. Recuerda, servir es el camino...