La dualidad humana: Reflexiones desde la tragedia de la DANA

En los últimos días, todos hemos sido testigos de la devastación causada por la DANA en varias regiones de España, incluyendo la Comunidad Valenciana, Murcia y Andalucía. Las imágenes de inundaciones, pérdidas humanas y daños materiales nos han dejado a muchos profundamente afectados. Es imposible ver tanta destrucción y sufrimiento sin que te impacte como persona.

Tengo que reconocer que estas situaciones me cuestan de asumir: empezar la mañana pensando que será un día como cualquier otro y terminar el día habiendo perdido tu casa, tu trabajo, tu familia… Sin embargo, hay algo que me cuesta casi más asimilar, y es la dualidad del comportamiento humano que ha emergido en medio de esta crisis.

Por un lado, hemos visto actos de solidaridad y valentía. Vecinos ayudando a vecinos, voluntarios arriesgando sus vidas para rescatar a los atrapados, y organizaciones movilizándose para proporcionar ayuda. Estos gestos me han recordado la capacidad del ser humano para dar lo mejor de sí mismo en los momentos más oscuros, y que hay mucha esperanza como sociedad.

Por otro lado, también hemos sido testigos de actos de saqueo y robo, donde no se han respetado ni negocios ni viviendas particulares. Personas aprovechando el caos para su propio beneficio, sin importarles el sufrimiento ajeno. Este comportamiento también me ha recordado el lado más oscuro de nuestra naturaleza, donde la desesperación y la falta de empatía pueden llevarnos a actuar de manera egoísta y destructiva, aumentando aún más el dolor y la angustia de personas ya muy vulnerables.

Esta dualidad no es exclusiva de situaciones de emergencia. En el mundo empresarial, vemos reflejada esta misma capacidad para lo mejor y lo peor. Empresas que innovan, que se preocupan por sus empleados y por el medio ambiente, y que buscan generar un impacto positivo en la sociedad. Pero también vemos empresas que priorizan las ganancias a corto plazo sobre el bienestar de sus trabajadores y el entorno, que actúan de manera poco ética y que, en última instancia, dañan la confianza y el tejido social.

Y como no, si las empresas las formamos las personas, me pregunto si también esta dualidad humana podría estar presente dentro de nuestras organizaciones. Encontramos trabajadores que destacan por su compromiso y solidaridad, que apoyan a sus compañeros y contribuyen al bienestar común. Sin embargo…¿también hay quienes, ante la adversidad, optan por el egoísmo y la falta de colaboración, afectando negativamente el ambiente laboral y la productividad?. Pues tengo que decir desde mi experiencia que sí, es posible, ya que lo he vivido…

Hace años que peino canas y he pasado por alguna empresa que quebró frente a la crisis de la construcción. De aquella experiencia, además de salir siendo una persona más sin empleo en aquellos años, aprendí que esto también se puede dar a nivel interno de las empresas, entre compañeros.

LinkedIn, como red social profesional, nos ofrece una plataforma para reflexionar sobre estos comportamientos y aprender de ellos. Nos invita a cuestionarnos qué tipo de profesionales y empresas queremos ser. ¿Queremos ser aquellos que, en tiempos de crisis, se destacan por su compromiso y solidaridad, o aquellos que se aprovechan de la situación para su propio beneficio?

La tragedia de la DANA nos deja muchas lecciones que aprender como sociedad. Podemos optar por intentar construir un entorno más humano y colaborativo en todos los ámbitos de nuestra vida, o podemos dejarnos llevar por el egoísmo y la indiferencia, deteriorando nuestras relaciones y el tejido social. La elección está en nuestras manos, y nuestras acciones definen el tipo de sociedad y empresas en las que queremos vivir y trabajar.