La economía de género
Soy ingeniero industrial de profesión, pero economista por vocación, y hoy quiero comentar sobre el premio nobel de economía 2023 y su relación con la gestión de personas. Claudia Goldin es una economista de EE. UU. que acaba de recibir el premio nobel de economía 2023 por su trabajo en economía de género donde ha estudiado algunos fenómenos a través del tiempo que tienen que ver con brechas salariales, desarrollo de la mujer en el mundo laboral en los últimos 200 años, la influencia de la maternidad en la línea de carrera, entre otros temas. Estos estudios son principalmente en el mercado estadounidense, pero sus conclusiones se alinean bastante a la realidad de Latinoamérica. Lo que Goldin busca explicar es el por qué existen brechas o diferencias entre hombres y mujeres en el mundo laboral, cuáles son esas variables que intervienen y en base a ese estudio y entendimiento del fenómeno buscar soluciones para reducir dichas brechas. Estos estudios se basan en la historia del trabajo y en datos recolectados a través del tiempo, para eso es importante saber que el mundo ha pasado por una serie de revoluciones, crisis económicas y guerras mundiales donde la mujer ha tenido diferentes roles. En el Perú no solo existen diferencias salariales entre hombres y mujeres, sino también tenemos problemas más profundos, como por ejemplo en educación, donde más hombres terminan la escuela secundaria. Este problema puede tener como una de sus causas la poca importancia que se le da a la educación sexual y la planificación familiar en las escuelas y hogares, ya que si una adolescente sale embarazada es muy probable que trunque sus estudios. Según el IPE (Instituto Peruano de Economía) el quintil con menos recursos de una población de mujeres entre 15 y 19 años tiene 5 veces más probabilidades de salir embarazada comparado con el quintil de mayores recursos (estudio de marzo 2022). Esto significa que la falta de recursos económicos y acceso a servicios públicos de calidad te hacen más vulnerable, limitando las oportunidades laborales a futuro. Además, a nivel público, la presencia de la mujer es limitada en los altos mandos del gobierno, dado que por ejemplo no existen gabinetes ministeriales paritarios. Si pasamos al sector privado, es probable que encontremos la misma situación en los más altos rangos gerenciales dentro de una organización.
En conclusión, tenemos mucho por trabajar en ese ámbito, pero también debemos reconocer (como lo reconoce Goldin en sus estudios) que en los últimos 200 años hemos dado pasos hacia adelante en la búsqueda de una mayor equidad entre mujeres y hombres, sin embargo, aun la tarea es ardua y existe mucho trabajo por hacer en ese camino por lograr que el ser humano deje de ser un medio más y se convierta en el fin último del trabajo.
Bonus track: Sabias que…
1. Antes de la pandemia la brecha salarial (bruta) entre hombres y mujeres era del 28%
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2. En el 2021 la brecha salarial ajustada, es decir, entre hombres y mujeres bajo las mismas condiciones de educación, sector económico, experiencia laboral y funciones la brecha es de 17%
3. En la proporción que conforman PEA (Población Económicamente Activa) las mujeres están por debajo en 10% o 12% aproximadamente
Fuente: Universidad del Pacifico, marzo 2023.
Rodolfo Rodas