La emoción en mis equipos
A lo largo de mi recorrido como coach de hockey (ya son muchos), acompaño el proceso de crecimiento deportivo a niñas, niños, adolescentes, jóvenes adultos mujeres y varones, en diferentes clubes.
En algún momento de la temporada, bajo la consigna específica de actividad competitiva dentro del equipo, les propongo que ellos/as mismos, los jugadores/as, se agrupen en sub equipos. Pero en lugar de plantear el "pan&queso" de nuestra niñez como método de asignación en la elección, los desafío a cada uno con esta pregunta:
¿Con quién querés jugar?
Los/as jugadores/as podrían agruparse por destrezas, habilidades técnicas, potencia física o identificación emocional. Todo el pos de ganar, que es uno de los objetivos de la competencia.
Vos, ¿qué creés que moviliza a la elección de los jugadores/as?
Hoy, los integrantes de la 8va de Club Ciudad de Buenos Aires respondieron unánimemente. Al igual que todos los equipos a los que alguna vez les pregunté "¿con quién querés jugar?"
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Cada jugador, sin importar su género, su edad ni su nivel técnico en el deporte, ha respondido siempre optando por su mejor amigo/a, su compañero/a con quien comparte las emociones mas hondas. O por lo pronto, con quien mas se identifica.
Apartentemente, estarían otorgándole mas valor a esa emocionalidad que a la capacidad goleadora, o la velocidad para iniciar un contra ataque, o la habilidad para eludir adversarios...
A veces, ganan. A veces, no.
¿Te sueña el cuento "instrucciones para elegir en un picado" de AD?
En tu actividad laboral, en tus equipos, en tu familia y en tus relaciones personales, te sentís mas fuerte, invensible -o, al menos- menos vulnerable con tus mejores afectos, aunque quizá no cuenten con todas las herramientas para ganar el partido?
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MdlF