Hoy juego de Titular
Granada, desde las alturas de la Alhambra

Hoy juego de Titular

Me encanta entrenar, me encanta que mis futbolistas progresen, me encanta ganar; la experiencia también me enseña  a, que cuando no se puede ganar, disfrutar del no perder.

A  menudo, ocurren circunstancias dentro del campo que escapan al control del Entrenador  desde el banquillo.

Estudio aspectos psicológicos, sociológicos, pero nunca se me ocurrió estudiar Psicología o Sociología como profesión. En cada país, ciudad, pueblo, club al que llego, me asesoro con Psicólogos, con Sociólogos, con lugareños que conocen las realidades como nadie. Aún me lo planteo, pero como toda profesión, en cada país las definiciones seguramente se asemejan a las universales; aun así,  los conceptos son diferentes, las poblaciones son distintas, los valores y las culturas de sus habitantes nos muestran otras caras que en algunos casos escapan a nuestro acervo cultural.

La picardía “inteligente” y la intuición son valores a la baja. Estamos enfrentando a los últimos coletazos de una generación que jugó mucho en la calle, en esa anarquía del juego que permitía descubrir, buscar la ventaja competitiva, desarrollar la “viveza” (picaresca) e ir haciendo crecer la inteligencia intuitiva. Instinto e Intuición jugando en el mismo equipo.

El jugador que vemos en el video adjunto, sabiendo que es el último defensor por delante de su golero (portero), y que habilita a todos los atacantes rivales, se recupera “milagrosamente” cuando ya es tarde y el gol de la derrota llega luego de ir en ventaja y jugando de visita.

Entonces, al siguiente entrenamiento el Entrenador debe actuar. ¿Cómo lo hace? ¿Existen recetas bibliográficas para ello? ¿Actuar desde la reflexión conjunta o desde el reproche?

Si cada población tiene sus propias características, también cada futbolista tiene sus sensibilidades particulares, sus fortalezas y debilidades anímicas.

"El buscar potenciar sus aspectos positivos e intentar minimizar los opuestos, son parte de nuestras funciones como Entrenadores, Pedagogos, Formadores."

Un error individual, grupal o colectivo, puede cortar la continuidad de nuestro trabajo, pero si los jugadores aciertan más que lo que fallan, nuestro proyecto podrá tener una continuidad que nos permita aspirar a lo antedicho en el primer párrafo. Por lo tanto, tanto en sus éxitos como en sus fracasos, y sin pecar de excesiva modestia y humildad, nosotros los Entrenadores jugamos de titulares.

Inicia sesión para ver o añadir un comentario.

Otros usuarios han visto

Ver temas