La enfermedad manifiesta sólo es desamor que sientes tanto por tí, como también por los demás
Octavio Arias Psicólogo TREC
Lic. Psicología social. Maestría en Ciencias Humanas. Doctorado en Alta Dirección. Consultoría y agilización de procesos mentales, emocionales y comportamentales. Desarrollo de talentos en Empresas e Instituciones.
No hay una diversidad de enfermedades curables, sino una sola enfermedad determinante del -mal estar- del individuo (el desamor).
Lo que llamamos enfermedades son en realidad síntomas de esta única enfermedad. Este libro analiza el significado de las infecciones, los dolores de cabeza, los trastornos cardíacos y los quebrantos de salud más habituales.
Todos los síntomas tienen un sentido profundo para la vida de la persona: nos transmiten mensajes del ámbito espiritual, y de su adecuada interpretación dependerá nuestra capacidad de recuperarnos. Se incluye un capítulo especial dedicado al problema del sida, así como un índice de enfermedades y una relación de las partes y los órganos del cuerpo con sus atributos psíquicos.
Esta obra de Thorwald Dethlefsen, estudioso del ocultismo y la astrología aplicada al diagnóstico psicológico, y quien realizó durante los años 70 ("boom" de la Psicología Humanista) varios experimentos con hipnosis, y quien además desarrolló la terapia de la reencarnación de la curación, utilizada todavía hoy por algunos terapeutas, nos comenta un silogismo (premisa científica cualitativa sustentada en el paradigma O-E-R) bastante simple:
"Cuando nos enfermamos, lo que buscamos es únicamente amor mediante contacto físico (es decir, sentimental) y emocional". Cada enfermedad es por tanto un mensaje directo de nuestra correspondiente alma, que busca que la mente no sólo se dé cuenta (amplitud de conciencia), sino que también se pueda encargar de buscar la vuelta a la felicidad.
Aristóteles nos comentaba que la función de la mente es precisamente ésa... ¡buscar la manera para lograr encontrar la felicidad más allá de las dominaciones pasionales del simple materialismo ideológico!
La mente, una vez recuerda su función primordial de lograr la felicidad, dominará entonces fácilmente al cuerpo.
Pruebas de lo anterior las encontramos en abundancia en las ciencias cognitivas, particularmente dentro de la obra: 678 MONJAS Y UN CIENTÍFICO de David Snowdon, epidemiólogo y profesor de neurología en el Centro de Envejecimiento Sanders-Brown de la Universidad de Kentucky.
Por lo pronto, dejo el link de la primer obra citada: