La escala de Torino; una medición del peligro
El cosmos, sin lugar a duda una de los temas y fascinaciones que el ser humano a tenido desde su origen, descubrir sus misterios, enigmas etc. se ha convertido en obsesión para muchos y gracias a esta, el conocimiento por saber que hay más allá se ha expandido hasta límites nunca vistos; eso sí, para muchos aun nos encontramos en la orilla del mar cósmico
Sin embargo, a pesar de su belleza y fascinación, el cosmos es un lugar caótico, lleno de peligros y eventos celestiales que podrían barrer con nuestro planeta en cuestión de segundos. Algunos de estos eventos con una hay una probabilidad mínima de que ocurra y sin embargo otros que pueden estar más cerca de lo que imaginamos.
Los asteroides, restos de la formación de nuestro sistema solar, son enormes rocas flotando entre Marte y Júpiter, algunos del tamaño de una piedra otros de una montaña, bailando un macabro baile cósmico que algunas veces puede llegar a tocar nuestro planeta. Ejemplos de impacto de asteroide hay muchos; el más claro; el cráter de Chicxulub en la península de Yucatán, un evento que muchos consideran que cambio la faz de la Tierra desapareciendo a los dinosaurios y dando inicio al reino de los mamíferos.
Esto ocurrió hace 65 millones de años y desde entonces, aunque ha habido impactos en épocas más recientes dígase Tunguska a inicios del siglo XX, ninguno a esa escala de destrucción. Con varios asteroides rondando en nuestro vecindario cósmico, e infinidad de tamaños y trayectorias se decidió en los años 90, realizar una escala, que permitiera medir el peligro de estas enormes rocas espaciales y estar preparados en caso de una catástrofe inminente; la escala de Torino.
La escala de Torino es una herramienta de evaluación de impacto que se utiliza para determinar la probabilidad de un impacto celestial. Esta escala fue desarrollada por el Observatorio Astronómico de Turín, Italia, y se ha utilizado comúnmente desde entonces como una forma estandarizada de medir el potencial de peligro de un objeto celeste. La escala de Torino es importante porque permite a los astrónomos, científicos de tomar decisiones informadas sobre el manejo de los objetos celestes que pueden impactar la Tierra.
La escala de Torino se divide en 10 niveles, que van desde un valor de 0 (el objeto no es una amenaza) hasta un valor de 10 (el objeto es altamente probable que cause un impacto catastrófico). La escala se basa en una serie de factores, incluyendo la probabilidad de impacto, la magnitud de la liberación de energía en caso de impacto y el área geográfica potencialmente afectada.
Recomendado por LinkedIn
El nivel 0 se asigna a asteroides que no tienen probabilidad de impactar la Tierra. Por ejemplo, un meteoro que se ha descubierto recientemente y que se está desviando rápidamente del planeta se clasificaría en este nivel. El nivel 1 se asigna a objetos celestes con una probabilidad de impacto extremadamente baja, lo que significa que es poco probable que causen un impacto.
A medida que la probabilidad de impacto aumenta, también lo hace el nivel de la escala de Torino. Por ejemplo, un objeto celeste con una probabilidad moderada de impacto se clasificaría en el nivel 4. Si un objeto celeste tiene una probabilidad significativa de impacto, pero la liberación de energía y su nivel destructivo en caso de impacto sería moderada, se clasificaría en el nivel 7.
En el nivel 10, se asigna a objetos celestes que son altamente probables que cause un impacto catastrófico. Estos objetos pueden ser particularmente peligrosos porque tienen una probabilidad significativa de impacto y pueden liberar una gran cantidad de energía en caso de impacto llegando incluso a niveles de extinción para nuestro planeta.
La escala de Torino representa la primera linea de alerta en caso de un posible encuentro con un cometa u objeto celestial peligroso, y aunque la mayoría de estos objetos no han pasado del nivel 1, el cielo es un lugar enorme, los ojos puestos en el relativamente pocos ante la vastedad de este y a palabras de su servidor, esperemos que cuando encontremos un cuerpo nivel 10, la humanidad este cien por ciento preparada científica y tecnológicamente para afrontar el desafío.