La Esencia de la Consultoría Filosófica
1.- La interpretación de las palabras.-
Solo podemos solucionar un problema si entendemos las palabras que describen el problema.
Del mismo modo, solamente cabe la solución si comprendemos las ideas que utilizamos para que el problema quede solucionado.
Ante una situación que debemos cambiar porque nos parece negativa o nociva (en nuestra empresa; en nuestra Cátedra; en nuestra pareja, etc.) siempre comparece un estado de preocupación o malestar; es decir PRE-OCUPACIÓN o MAL-ESTAR
2.- El lenguaje.-
Toda palabra del lenguaje, sea utilizada como se quiera, no puede ir contra su propio significado, de suerte que las dos anteriores, pre-ocupación y mal-estar, entre otros muchos contenidos contienen los siguientes:
2.1.- Pre-ocupación también está describiendo una situación en la que estoy sin ocuparme pero debo o quiero ocuparme.
2.1.1.- El ser humano, o su empresa, o su vida particular, es un estar siempre ocupado, activo; pues la esencia de todo hombre o mujer es el transformar en todo momento su realidad creando algo distinto (lo contrario sería imposible: pues nunca miramos u oímos o pensamos o hacemos exactamente las mismas cosas; y, siempre hay un motivo, una finalidad para alcanzar algo (aunque sea poner bien la hamaca para descansar), siempre hay una intención, una voluntad, aunque sea cuando estamos mirando las cosas que nos rodean.
2.2.- Por tanto si podemos afirmar que el hombre es esencialmente trabajo, ocupación, transformación de la realidad, entonces podemos decir que, cuando alguien está preocupado por la solución de un problema (es decir, que debido a ese problema está pre-ocupado) no está siendo. Es decir, no está siendo nada; no está en nada; no es un ser humano realizado en ese momento.
2.2.1.- De igual modo, si tomamos la otra palabra (mal-estar) llegamos a ver que es sinónima de la anterior; pues, ya hemos dicho que, cuando alguien está pre-ocupado, no está, no está en nada, no está como ser humano. Y mal-estar significa no estar, y, si se me apura, se podría decir, que significa menos que no estar; o sea, que no solo no está como debe estar, sino que se halla en una situación previa –como indica la palabra- una situación previa de mal, que le impide no solo no estar en-nada-de la ocupación, sino incluso estar mal.
3.- ¿A qué nos lleva lo anterior?.
Pues siguiendo, la misma pista que siempre nos da el lenguaje (es decir siendo fieles a las ideas del lenguaje) nos lleva a una situación parecida a esa, y que solo puede ser –si seguimos defendiendo que el hombre es ocupación, actividad (y el sueño y el alimento serían en función de esa actividad, de ese despertar para seguir cuidándose de algo) si, decimos que somos solo un cuidado de algo, entonces debemos concluir que cuando estamos antes-de-esa ocupación (en pre-ocupación) no estamos (mal-estamos) y no-estamos significa que no-existimos en tanto que seres humanos.
3.1.- La conclusión inmediata es que nos encontramos en un estado pre-vio a la existencia (algo parecido a cuando una falta de consciencia, por barbitúricos, o por un trauma físico o psíquico haga que estemos sin saber-lo, hasta que no nos lo cuentan; o como le pasa al bebe; en todos estos casos el ser humano está pero no existe (es decir no está siendo un ser humano todavía).
4.- De lo anterior debe convenirse que la consecuencia no puede ser otra que, cuando estamos pre-ocupados por cómo solucionar un problema, y entonces sentimos un cierto mal-estar, dicha preocupación y malestar provienen, no del problema (pues nada tiene que ver con lo que se ha dicho hasta ahora) sino que tiene que ver con el miedo a no-estar, a no existir.
5.- Si no tomamos la perspectiva de la existencia (del sentido de nuestra vida) difícilmente daremos con la solución de cualquier problema, por muy técnico que sea. El sabio crea y descubre debido a haberse dado cuenta de que su ser es solo eso, trabajo: creatividad: creación: transformación; si no, no es.
6.- Yo, donde quiero llevar al lector, es a que vea, que, ante una dificultad problemática, la solución siempre debe tomarse como-por-encima del problema; es decir, en el lugar que hemos dicho antes; o sea: en la solución que descubrimos antes-de-estar, antes de existir, antes de ocuparnos-de-la-vida. Es s entonces, y solo entonces, cuando se producen dos interesantes efectos:
6.1.- Que el problema se convierte en nimio comparado con la existencia, y entonces podemos abordarlo con mayor fuerza, y, por tanto, con mayor fuerza de entendimiento.
6.2.- Pero esto solo es solo retórico, pues eso no es lo importante, ya que, por todo lo que vengo diciendo, el problema no puede ser superado intelectualmente, sino existencialmente.
7.- Esto significa que el instrumento racional solo nos sirve para descomponer y recomponer nuevamente un objeto u objetivo, o problema; en otras palabras, para analizarlo. Pero el analista no puede dar con la solución, solo plantear el problema.
7.1.- Quien puede ver la solución es aquel que se sitúa en una posición como-por-arriba-del-problema, como viendo que el problema es algo más de su existencia; que su existencia es su verdadera dedicación, su verdadero cuidarse, ocuparse de ella. Es entonces y solo entonces cuando deja de pre-ocuparse del problema para existir, es decir ocuparse del problema (ya no está pre-ocupado, ya no siente mal-estar): ya no existe problema sino un cuidarse del problema, un ocuparse del problema, un apasionarse por el reto del problema. Solo entonces encuentra la solución.
7.1.1.- ¿Y saben por qué la encuentran al momento? Está claro. Al haberse reducido el problema en comparación con el tiempo total, la solución se reduce igualmente en cuanto al pequeño tiempo que le pertenece. Es decir la horquilla previa de infinitas soluciones, se estrecha y selecciona unas cuantas. Poco después, una de ellas se nos mostrará. Veamos.
7.1.2.- Pasado ese corto tiempo, la solución se muestra; pues el tiempo no es otra cosa que el-desmadejamiento-de-la-madeja que debo desmadejar a lo largo de mi existencia; pero también el pequeño tiempo que tengo para desmadejar ahora la pequeña madeja que estoy desmadejando ahora mismo; es decir la solución de la que ahora me cuido. Es decir, en pocos momentos, surge mi solución.
Juan Galera,
Filósofo
1/03/2012.