La evaluación de los aprendizajes como factor de motivación.

Todos hemos pasado por la experiencia de que algún maestro nos ha presentado una propuesta de evaluación aburrida,  a la que no encontramos sentido alguno y que sólo nos lleva a cumplir con el requerimiento tan sólo  por la nota, por salvar el promedio, o por cumplir con los deberes. Esta situación va desde la educación básica hasta el nivel superior; y lastimosamente, está presente en la formación inicial docente.   Este sentimiento de desazón,  incomodidad se intensifica si el docente, que asume una sola vía para solucionar determinado problema o desarrollar cierta consigna nos exige, no sólo  a modo de sugerencia, sino desde su perspectiva, determinada ruta, o ciertos materiales obligatorios; quitándonos la maravillosa  posibilidad de descubrir algo nuevo, de consultar con otras posibles fuentes, sean personas, escenarios, o recursos bibliográficos.   

Hoy que se encuentra en boca de todos los interesados en el tema educativo; la evaluación de los estudiantes, nos seguimos entrampando en asuntos de calificación, y no vamos profundizando en la razón de ser de la evaluación formativa,  identificando todas sus múltiples facetas.   El primer objetivo del docente debería ser ¿Cómo motivaré a mis estudiantes presentando una propuesta de evaluación lo suficientemente inteligente, desafiante, interesante por la que puedan disfrutar de lo nuevo, de crear, de diseñar sus propias rutas, de explorar diferentes alternativas y donde no se esperen “respuestas únicas, correctas, inequívocas” sino por el contrario, que todas las alternativas , o posibilidades bien fundamentadas sean válidas; mucho mejor si esta aventura la puedo realizar con uno , dos , tres compañeros.

Creo que más allá del 1,2,3,4 o A, B,C,D o LMS, LS, LB, LI o cualquier escala de calificación , la razón de ser de la evaluación sigue siendo, de qué manera cómo docentes logramos que nuestros estudiantes descubran el sentido de aprender, identifiquen los propósitos y  sientan las prácticas pedagógicas, como cercanas, reales, lógicas, reflexivas que lo ayuden a vivir en este mundo cada vez más complejo y donde tomar decisiones implica  acciones de evaluación para actuar con responsabilidad en la diversidad de situaciones que puedan presentarse.