La evolución de la lengua
¿Alguna vez te has preguntado cómo aparece una nueva palabra?
La lengua refleja a sus hablantes y, como ellos, está en continuo cambio y movimiento. La lengua necesita que aparezcan nuevas palabras para seguir en desarrollo y, por ende, seguir viva. Una nueva palabra surge ni más ni menos que de la necesidad: con nuestro progreso, los hablantes necesitamos poner nombre a nuevos conceptos.
La creación de una palabra surge de forma espontánea, a menudo a partir de la necesidad y la posterior adopción que hagan el resto de hablantes de dicha palabra. La frecuencia de uso que se le dé será un factor importante para que la nueva palabra se asiente en la lengua y sea reconocida. Esto depende mucho de cada país y del reglamento de este mismo. ¿Cómo lo hará en España? Pasando a formar parte del Diccionario de la lengua española (DLE), a cargo de la Real Academia Española (RAE).
¿Cómo entra una palabra en el diccionario?
En primer lugar, se debe detectar qué palabras tienen números para pasar al diccionario. Esto se hace de dos maneras: por medio de las propuestas de los propios hablantes y por medio de los análisis de los académicos y lexicógrafos de la RAE, que se encargan de observar el uso de la lengua en la zona donde residen.
Una vez tenemos una propuesta, una palabra debe pasar por varios controles:
1. Las Comisiones especializadas de la Real Academia analizan la sugerencia: ¿qué significa la nueva palabra? ¿Qué novedad aporta a la lengua? ¿Es de uso frecuente? ¿En qué zonas? ¿Esta palabra está documentada? Además, tienen en cuenta las posibles controversias que suscite la palabra (si es un calco o un extranjerismo, por ejemplo), su ortografía, género, nivel de especialización o área temática.
2. Si la propuesta pasa la primera prueba, se envía a la Comisión Delegada del Pleno, donde se propone una definición y lexicografía de la palabra.
3. El Instituto de Lexicografía prepara la documentación y la propuesta y registra y procesa las conclusiones sobre la nueva palabra. También se encargará de integrar en el diccionario los contenidos aprobados.
4. Se envía la propuesta a las comisiones americanas de la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE), que hacen las últimas observaciones al respecto.
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5. Finalmente, la nueva palabra vuelve a pasar por la Comisión Delegada del Pleno de académicos para su aprobación.
Una vez superado este largo camino, la nueva palabra puede abrirse paso y aparecer en la actualización del /Diccionario de la lengua española/, que actualmente se suele hacer en versión electrónica. Luego, también aparecerá en la siguiente edición del diccionario.
¿Y qué hace un traductor con todo esto?
Como traductores, debemos estar a la vanguardia: debemos conocer a la perfección la lengua y saber qué palabras se utilizan y forman parte del diccionario y cuáles no. Tener ese conocimiento es importante a la hora de elegir una palabra u otra en una traducción, porque dependiendo de la finalidad, público y ámbito del texto tomaremos una decisión u otra.
Es una buena idea revisar las novedades que publica la RAE con las actualizaciones de palabras en su página web. Y por supuesto, saber siempre dónde se van a hacer las consultas lingüísticas.
Hemos aprendido cómo entra una nueva palabra al diccionario. ¿Y tú, tienes alguna propuesta de palabra? ¡Presenta tu sugerencia a la Real Academia Española a través de su formulario!