La Fórmula

A los veintiún años aún era un estudiante mediocre de física.

A los veintiocho publicó un artículo que dio mucho que hablar. Algunos científicos de prestigio se fijaron en él, y se atrevieron a decir que sólo tendría que esperar unos años para recibir el Nobel. Admiró a todos su ingenio y su elegante simplicidad.

A los treinta y cinco desapareció. Se retiró a una pequeña ciudad de provincias y comenzó a trabajar como profesor de literatura en una escuela de secundaria.

Siete años después lo visitó un periodista del Future Channel: todavía era considerado un joven genio.

- Aún hay quien piensa que nadie ha estado más cerca que usted de encontrar la fórmula que lo unifique todo, que sea capaz de conectar la trama del Universo –le dijo el periodista- ¿Por qué renunció tan pronto?

- ¿Quién ha dicho que renuncié? –Contestó el científico

- ¿Sigue acaso sus investigaciones?

- No

- ¿Entonces?

- Entonces… ya terminé. Hace siete años.

- ¿Quiere decir que lo encontró?

- Sí

- ¿Y qué fue lo que halló?

- Nada

Y con aquella palabra -con aquella fórmula- puso fin a la conversación.