LA FALACIA DE LA ENERGÍA PRIMARIA
Pérdidas ocultas en el Petróleo y el Gas Natural
La comprensión popular sobre la energía y su uso, especialmente en relación con los vehículos de combustión interna y la transición hacia fuentes de energía más limpias, está llena de malentendidos y suposiciones incorrectas. Este fenómeno se conoce como "la falacia de la energía primaria", un término reciente que describe el error de considerar que toda la energía debe ser reemplazada en igual medida cuando se pasa de combustibles fósiles a energías más sostenibles.
La imagen muestra un diagrama de Sankey de la energía primaria en España del año 2022. Estos diagramas se suelen utilizar para visualizar la transferencia de energía entre procesos, donde las flechas muestran pérdida o dispersión por cada transferencia. La unidad de energía es el ktep (miles de toneladas de petróleo equivalente), aunque a mi me gusta más expresarlo en GWh (Gigavatios hora): 1 ktep igual a 11,63 GWh
El sistema energético global se basa en gran medida en el petróleo y el gas natural para mover vehículos, calentar hogares, industrias alimentarias, sector industrial, etc., sin embargo, estas fuentes tienen una característica esencialmente ineficiente: pierden una enorme cantidad de energía en forma de calor residual. Esta ineficiencia es uno de los aspectos clave que subyace en la "falacia de la energía primaria", una idea equivocada que sobreestima la cantidad de energía que realmente necesitamos para nuestras actividades diarias.
En el sector del transporte, la ineficiencia de los motores de combustión interna es alarmante. Estos motores, utilizados en automóviles, camiones y barcos, se convierten solo entre el 20 % y el 40 % de la energía contenida en el combustible en movimiento útil. Este calor no puede aprovecharse, y simplemente se desecha. Energía adicional se pierde como calor a través del frenado, especialmente en áreas urbanas donde los vehículos paran y arrancan constantemente. En contraste, los vehículos eléctricos se convierten hasta el 90 % de la electricidad almacenada en sus baterías en movimiento útil, una mejora drástica en eficiencia energética.
En el sector industrial, el uso de combustibles fósiles para generar electricidad o calor tampoco escapa a esta ineficiencia. Las centrales térmicas que queman gas natural o carbón tienen una eficiencia promedio del 35 % al 45 %, lo que significa que más de la mitad de la energía química de estos combustibles se pierde como calor durante la conversión. Las plantas térmicas tradicionales, donde el gas natural o el carbón se queman para producir electricidad, generan un enorme volumen de calor residual. Este calor es visible en las torres de enfriamiento de las plantas, que liberan vapor al ambiente.
El problema surge cuando la gente asume que reemplazar el petróleo o el gas natural por energía solar o electricidad requiere la misma cantidad de energía. Esta percepción errónea se manifiesta en afirmaciones como "si todos los coches fueran eléctricos, la red eléctrica colapsaría" o "los paneles solares nunca podrían alimentar un coche". Estas suposiciones no tienen en cuenta la ineficiencia inherente de los motores de combustión interna.
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La falacia de la energía primaria no solo es un error técnico, sino que tiene implicaciones políticas y sociales significativas. Los políticos, en especial aquellos financiados por intereses de los combustibles fósiles, utilizan este malentendido para justificar políticas que favorecen las energías tradicionales sobre las renovables. Argumentos como "la red no puede soportar los vehículos eléctricos" son efectivos precisamente porque resuenan con la intuición de la gente, aunque sean incorrectos.
Abordar y corregir este error no es tarea fácil. Implica cambiar percepciones profundamente arraigadas y luchar contra intereses poderosos. La educación es clave: explicar que las tecnologías basadas en combustibles fósiles son inherentemente ineficientes y que las alternativas más limpias y sostenibles no solo son posibles, sino necesarias para un futuro energético más seguro.
Los expertos en energía, educadores y divulgadores científicos tienen un papel vital en esta tarea. Deben comunicar claramente la eficiencia y los beneficios de las energías renovables, desmitificando conceptos erróneos y proporcionando información precisa y accesible.
Para avanzar hacia un futuro energético sostenible, es esencial superar la falacia de la energía primaria. Esto requiere una combinación de políticas inteligentes, educación pública y un cambio cultural hacia una mayor comprensión de la energía y sus impactos. Los vehículos eléctricos y las energías renovables no solo son técnicamente viables, sino que representan una mejora significativa en la eficiencia y la sostenibilidad.
Sabéis que yo defiendo un sistema energético basado en Centrales de Energía Renovable SEBA: Solar, Eólica, Baterías y Amoniaco. España consume actualmente 246.000 GWh de electricidad. Tengo los datos de la electrificación de todos los procesos energéticos (Transporte, Calor e Industria) y la dimensión de cada uno de los componentes de la Central SEBA. Algún día...
¿Para cuándo electrificar todos los procesos energéticos en España?
Founder of MdP Investment Holding
3 semanasGran realidad que se ignora continuamente. Si además añadieras el ahorro que se podría generar utilizando tecnologías de aislamiento térmico existentes, el consumo de energía global se podría reducir fácilmente a la mitad con un ahorro considerable para todos los ciudadanos sin excepción.
Transportes Frigoríficos y Tecnologo
3 semanasVas bien, pero tampoco bien del todo....