La Generación Z está enfadada y se avecina una nueva brecha para ellas

Ya he perdido la cuenta de las edades y fronteras de las generaciones pero ahora el debate ronda a la #GenZ o #generaciónZ. Me interesa especialmente la mirada de la ensayista francesa Caroline Fourest que en su libro Generación ofendida (Península), habla de la tendencia a una histeria colectiva producto de “la delicada epidermis de las nuevas generaciones y al hecho de que se les ha enseñado a quejarse para existir”. Y me pregunto cómo afecta esto en varones y mujeres. La respuesta me la da el psicólogo social Jonathan Haidt . Si las cosas no cambian, el mismo 2030 de los #ODS nos encontrará con una brecha más en contra de las mujeres.

Tengo claro que vivimos en una realidad que se alimenta de los cambios. En los últimos años, no solo fuimos testigos del intenso avance de la #tecnología y las nuevas formas de #comunicación: experimentamos una #pandemia que impulsó muchísimas transformaciones que ya se venían gestando.   

Fourest habla de la tendencia a una histeria colectiva producto de “a delicada epidermis de las nuevas generaciones y al hecho de que se les ha enseñado a quejarse para existir.

Asistimos a la revolución de los espacios: las escuelas, las oficinas, los hogares, los transportes, cualquier plaza, terraza o restaurante. Todo se renueva constantemente como resultado de un proceso que pareciera ir cada vez más rápido. Y en medio de todo ese entorno, aquí estamos; intentando adaptarnos unas, y creciendo a la par, otras (las personas).

La Generación Z -nacieron entre 1997 y 2007 y son auténticos #nativosdigitales- está revolucionando todo. Con ello, las tendencias de consumo y contratación se están re definiendo.Y lo que más impactará en el #ámbitolaboral es que la forma en la que interactúan con el mundo es muy distinta de la de quienes hoy ocupan puestos de liderazgo en las organizaciones.

Pero es el encuentro entre esos dos grupos y las variables de sexo/género, lo que hoy me trae a escribir estas líneas porque es la generación que está integrándose al #mercadolaboral, donde confluyen con quienes acumulamos años de trabajo y continuamos con la #reinvención perpetua.   

¿Están entendiendo las compañías, los consejos de administración, empleadores, #headhunters ... el impacto que esta nueva generación introduce en las relaciones? 

Recibo un artículo de EY México que indica que para esta generación las relaciones virtuales formadas a través de una pantalla son relaciones reales y que “La dependencia de la Generación Z hacia los canales digitales para interactuar, reunirse y conectar con los demás les es totalmente natural: la tecnología no es emocionante ni innovadora, sino una forma de vida”.  

Esto se traduce en que los cambios culturales se produzcan de forma más rápida y puedan fluctuar fácilmente con los nuevos aprendizajes, lo que supone mayores desafíos. Sin embargo, ya se les ha puesto varios sombreros y adjetivos con los que tienen, tendrán, que lidiar.

Según un estudio de Resume Builder, existe la percepción de que los #GenZers no son tan trabajadores, motivados o resistentes como generaciones anteriores. Y que si duran poco en sus trabajos es porque se ofenden con demasiada facilidad. 

Lo dice Akpan Ukeme, (RRHH SGK) “pueden ser agotadores porque carecen de disciplina y les gusta desafiarte. Creen que saben todo sobre el mundo digital y que pueden enseñarte. Creen que son mejores que tú, más inteligentes que tú, más capaces que tú, y te lo dirán a la cara”. 

Otra brecha amenaza la igualdad a la que aspiramos

Yo me pregunto -defectos del oficio- qué pasará entre varones y mujeres de esta generación y me pongo a buscar. Me encuentro con  Jonathan Haidt , psicólogo social y profesor de la Universidad de Nueva York que advierte que «nunca ha habido una generación tan deprimida, ansiosa y frágil». Y apunta que, aunque las #brechasdegénero se han reducido en las últimas décadas en algunos campos, podrían ampliarse en 2030.

El gran desafío -otro más- es dotarnos y por lo tanto dotar urgentemente a la sociedad, con las herramientas necesarias para un equilibrio social, generacional y de género

¿Por qué? Las mujeres han disparado las cifras de depresión -64% de las adolescentes en 2020- algo vinculado con el auge de las redes sociales. Lo mismo ha dicho hace unos días Elsa Punset en una estupenda ponencia en el Executive Female Leadership & Talent session by Salesforce maravillosamente organizado y "curado" por Mildred Laya Azuaje y conducido con solvencia y cercanía por Ana Vertedor .

Concluyendo, quienes tenemos otra edad -#silvergeneration, #boomers- tenemos la obligación y el compromiso de entender el escenario y las tendencias. Y esto es general para ambos sexos: la #GeneraciónZ ha pasado menos tiempo real en compañía: vivieron y experimentaron parte de su infancia a través de las pantallas y/o del teléfono. ¿No es suficiente para entenderlos y darles respuestas?¿Para cambiar ideas y rediseñar lo establecido? ¿Y de paso, encontrar otra salida a las brechas que amenazan con llegar?

El gran desafío -otro más- es dotarnos y por lo tanto dotar urgentemente a la sociedad, con las herramientas necesarias para un equilibrio social, generacional y de género. Además de todos los que conocemos e integramos en nuestros discursos. Y hacerlos realidad.