La humildad, característica clave para conectar con un equipo.
Hace algunas semanas, que tuve la oportunidad de compartir con uno de los panelistas invitados a una conferencia sobre temas de innovación, me llamó mucho la atención el contenido del discurso de uno de los CEO´s, el cual con mucha sencillez mencionó a la audiencia lo siguiente:
“En el transcurso de mi formación, como director general, cometí muchos errores en los procesos que me tocó vivir, tuve la oportunidad de escuchar a algunas personas en el desarrollo de mi carrera, de cómo me veían con honestidad y me di cuenta que mi imagen pública estaba muy lejos de lo que me quería convertir en la realidad, rectifiqué, pude cambiar y ahora sigo trabajando para ser un mejor ser humano.”
Escuchar a un líder en un foro ante varias personas y que reconozca con humildad que durante su formación cometió muchos errores no es algo tan común de escuchar hoy en día, porque con la agresiva competitividad que hay en las empresas, pareciera que equivocarse es algo que no te puedes permitir si quieres escalar en tu carrera, pero yo me pregunto: ¿Está mal equivocarse? Pues no, si vemos en la historia del mundo y de la vida de muchos líderes exitosos que lograron grandes avances en sus carreras, el punto en común de muchos de ellos es que capitalizaron a través del error los aprendizajes, se despojaron de su orgullo, aprendieron a escuchar y a compartir dichas experiencias con sus equipos de trabajo.
El origen de la palabra humildad se refiere a lo esencial, a la tierra, la palabra deriva del latín humilis y ésta a su vez de humus: aquello de lo que la naturaleza se desprende y que a su vez la enriquece, la fertiliza y la hace crecer, es decir; venimos todos a este mundo a aprender, a equivocarnos y a enseñar a otros.
A lo largo de nuestra vida, nos llenamos de sesgos mentales y quienes aspiran en algún momento de sus carreras a llegar a un puesto directivo, temen que al mostrar humildad pueda hacerles parecer como personas débiles, faltos de confianza o de decisión, o no estar dispuestos a correr riesgos.
“La humildad, en realidad es una característica clave para llegar a ser un mejor líder, el que pueda ser accesible, el que se reconozca a sí mismo que tiene fortalezas y limitaciones le ayuda que a través de esta cualidad muy humana este logre conectar fácilmente con sus equipos de trabajo.”
Una de las buenas prácticas, que he visto en mi experiencia en recursos humanos de personas que han logrado transformarse en buenos líderes practicando la humildad, es el de realizar un proceso de autoevaluación y de pedir feedback, que no es tan fácil a veces, porque es pedir la opinión de cómo te ve el resto, pero este ejercicio ayuda a reconocerse, sin juzgarse duramente, de cómo avanzamos en el camino.
Hay líderes que tienen puntos ciegos y que no logran ver el resultado de sus actos y comportamientos, pero si se quiere aplicar la mejora continua a uno mismo, esta el reconocerse, aceptar que necesitamos cambiar y hacer un plan con tres puntos claros, por ejemplo ( trabajar en una comunicación efectiva, tener cercanía, conectar con mensajes claves) y que con estos, puedas entrenar diariamente, de tal forma que vamos logrando pequeños cambios sostenibles y que el equipo logrará ver, lo que generará confianza de un cambio profundo y verdadero.
Para los líderes, la humildad puede proporcionar un equilibrio a los comportamientos egoístas que a menudo los llevan a tener éxito. Los líderes humildes y modestos están dispuestos a admitir sus errores, dejar de lado su ego y dar poder a los demás, eso los hace mejores y más exitosos líderes morales.
La humildad en el liderazgo puede beneficiar a la organización en varios aspectos como: fomentar innovación, mejorar retención, impactar en el clima de la empresa, su reputación de marca y mejorar integridad en sus empleados.
Para generar y cultivar humildad en la organización se lo debe reconocer como valor central y medir su efecto.
Ahora, el ser humildes no es algo que se consiga de un día a otro, en primer lugar se debe lograr conciencia y entrenarla. Como otras virtudes, debe ser trabajada diariamente y convertirse en un hábito. Para iniciar, por ejemplo se pueden realizar ciertas modificaciones en nuestras rutinas en el lugar de trabajo, como compartir espacios comunes e informales con personas de tu equipo de trabajo, tales como la cafetería o el comedor, para ser más cercano y no mostrarse como “superior” que tanto daño hace a los directivos en las organizaciones.
Cuando los directivos creen que tiene “todas las respuestas”, demuestran arrogancia. Una manera de no contagiarse de la arrogancia es consultar e intercambiar ideas con una gran variedad de personas, en especial con aquellas que tienen una visión diferente de la tuya. Cuando abres el corazón para escuchar de manera sincera, despojándote del orgullo, logras convertirte en un líder con carisma y ejemplificador.
¿Qué comportamientos son visibles cuando practicamos la humildad en nuestra vida?
· Saber pedir disculpas.
· Perder el temor a cometer errores y aprender de ellos.
· Aceptar las críticas constructivas.
· Saber pedir ayuda cuando lo requieres.
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· Reconocer y agradecer a las personas que ayudaron a uno en el desarrollo de las capacidades.
· Admitir cuando hay algo que uno no entiende.
· Reconocer las fallas propias o equivocaciones.
· Pedir a los demás la opinión sobre diferentes asuntos.
· No compararse ni comparar a los demás.
· Dar crédito a los verdaderos autores de una idea.
· Saber perder en las diferentes circunstancias de la vida.
· Reconocer que siempre hay más para aprender.
· Compartir los conocimientos aprendidos.
· No alardear de los éxitos.
· Ser agradecido.
· Estar dispuesto a escuchar a los demás.
· Conocer las propias capacidades y limitaciones.
· Aceptar las ideas y opiniones ajenas.
Por último y para culminar, si logras practicar la humildad en tu día a día, vas fortaleciendo también tu inteligencia emocional, lo que te ayudará a tomar mejores decisiones en tu vida personal y en el desarrollo de tu carrera.
“No es prudente estar demasiado seguro de la propia sabiduría. Es saludable recordar que el más fuerte puede debilitarse y el más sabio puede equivocarse”. (Gandhi)
Te invito a reflexionar 💭
Sub gerente de operaciones Mercagro
2 añosQue buen articulo Adriana , gracias por seguir desarrollando nuestras competencias .