LA INCERTIDUMBRE ESTÁ SERVIDA
Usted es un inversor estadounidense. A mediados del mes de marzo de 2019 compró bonos del tesoro americano con un vencimiento a 10 años e interés del 1,40%. Su valor nominal era de $1.000, lo que implicaba que cada año recibiría $14 de intereses devengados, justo el importe de un menú de la zona: hamburguesa, patatas fritas y un refresco.
Resulta que hace unos días leyó en la prensa que la administración de vacunas de su país empezaba a coger un ritmo muy acelerado. Se esperaba que la población adulta estuviese totalmente vacunada en el próximo mes de mayo.
Así mismo los estímulos gubernamentales calificados como “estímulos a lo grande” valoradas en $1,9 billones (Trn en EE. UU.) darían un importante impulso a la economía.
No puede pasar por alto que hace unos meses, el presidente Joe Biden anunciaba en su campaña electoral el plan Build Back Better. Su objetivo reside en destinar $3 billones a la ejecución de una serie de inversiones federales para modernizar las infraestructuras, asegurar el cambio a energía limpia y conseguir un crecimiento sostenible en el futuro económico.
Aún hay más. Después de un año de restricciones económicas debido a la situación pandémica, aquellos que tuvieron la suerte de continuar generando ingresos, ahora tienen disponibles $1,7 billones en forma de ahorros listos para gastar durante los tres próximos trimestres.
En este contexto tan extraordinario y de euforia contenida, numerosos economistas pronostican que EE. UU. se recuperará antes de lo esperado y en porcentajes superiores a los anunciados a inicios de año. Según la OCDE, EE. UU. será el tercer país con mayor crecimiento del PIB (6,5%), por detrás de India (12,6%) y China (7,8%). Incluso algunos presagian con optimismo una recuperación en forma de V como el resultado más probable.
También ha escuchado que existe el riesgo notable de una mayor presión inflacionaria. El aumento paulatino de la demanda de bienes y servicios, en una proporción superior a la oferta, y los desajustes en la logística del transporte de productos acabados y materias primas puede ser el origen de este escenario. Algunos se atreven a situar esta inflación incluso por encima del 2%, porcentaje que la FED prevé como más probable.
Ahora usted se ha dado cuenta de que, si esto sucede, la rentabilidad real de su bono pasará a ser negativa. Si la inflación fuera hipotéticamente del 2,5%, el resultado sería evidente. En el futuro su hamburguesa y su refresco ya no valdrá $14 si no $14,49. Le faltarán así 49¢ para completar su menú.
Decepcionado con su inversión decide venderla en el llamado mercado secundario donde se negocian este tipo de inversiones y que podríamos denominarlo como un “mercado de segunda mano”.
Ahora bien y como es lógico, las personas que intervienen en este mercado disponen de la misma información que usted y sienten preocupación por la inflación.
Consecuentemente, estos inversionistas pondrán condiciones. Estarán dispuestos a comprarle su bono, siempre que acepte un descuento y lo venda por ejemplo a $907. El Tesoro de los EE. UU. continuará pagando los 14$ de intereses al nuevo poseedor y en el último año le devolverá a éste su valor nominal original de $1.000.
La rentabilidad efectiva que obtendrá ahora el nuevo bonista ya no será del 1,4%, si no del 2,7% gracias al descuento que usted le ha ofrecido.
Se da cuenta que el mercado financiero ha dado una señal de aviso alterando la tendencia de la curva de intereses, que puede poner a prueba la postura de la FED.
Este nuevo escenario ¿puede implicar que la subida de tipos se traslade irremediablemente a la financiación que eventualmente puedan necesitar los hogares y las empresas?
Hay unanimidad por parte de los expertos de que la economía norteamericana tendrá su mayor ciclo de expansión de las últimas décadas. No obstante, existen dudas razonables de si la FED se verá presionada o no por los mercados a adelantar su primera subida de interés antes de que finalice este año 2021.
Traspasar o no el umbral de inflación considerado como óptimo puede ser la clave. Lo que sí es evidente es que a partir de ahora la incertidumbre al respecto está servida.
Economist - Technology, Innovation and International Trade
3 añosDe toda la vida. Incertidumbre supone diversificación del riesgo. Ojo, que a veces lo que hay es certidumbre de que va a ir mal y nos cuesta creerlo.
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3 añosExcelentísimo análisis de escenarios, por lo claro y lo pedagógico , Prof Sambola. Solo faltaría que ahora la recuperación económica castigara salvajemente a la ciudadanía indefensa -pensionistas, asalariados y autónomos- vez más. Es preciso que el sistema cambie y pivote para poner al ciudadano en el centro. O nos costará muy caro.