La insoportable levedad de la huella

La insoportable levedad de la huella

Hoy estamos atravesando un desequilibrio nunca antes experimentado que hace que nos cuestionemos todo: nuestra forma de vivir, nuestros privilegios, nuestro trabajo, cuál es nuestro propósito en la vida, si estamos o no haciendo las cosas bien, nuestra forma de consumir, de relacionarnos con el ambiente y las otras especies que habitan nuestro planeta, y mucho más. Sin embargo, pese a esta suma constante de fuerzas, seguimos trabajando y viviendo, manteniendo un balance en esta coyuntura en la que muchas veces nos gana la ansiedad, el desacierto, la asimilación, subirnos a la cresta de la ola de algunas tendencias, fallar, algunas veces lograr objetivos, volver a fallar, emprender nuevos desafíos, y podría seguir enumerando acciones, emociones, e hitos. La humanidad es tan compleja que un texto como este no podría abarcar todas sus aristas.

Es en este contexto -en el que atravesamos la mayor crisis ambiental y social- en el que elegí empezar a estudiar la carrera de Gestión Ambiental, para poder contar con aún más conocimientos que sigan aportándome herramientas a la hora de contribuir con alguna mejora del mundo.

Entonces pensando en la pregunta que me llevó a escribir esto "¿Qué cambio quiero generar en el mundo?", creo que la respuesta está y estará en construcción constante, pero para hacer un acercamiento preliminar: llegué a la conclusión de que poco a poco y desde el lugar estratégico que ocupo por mi profesión, busco día a día seguir encontrando espacios para generar contenido relevante y movilizador, motivando el cambio de prioridades (mías y de otras personas) para lograr objetivos comunes, y fomentando la sustentabilidad y la creatividad en cada emprendimiento.

El cambio que quiero generar en el mundo es y será un proceso que inicia en compartir mi cosmovisión a todas las personas que estén dispuestas a escuchar y a hacer pequeños -y grandes- ajustes en sus vidas, pasando por contagiar hábitos para vivir mirando las cosas de maneras distintas, y terminando en realidad sin un cierre definitivo, si no en la constante construcción de nuevas formas de ver el mundo. Tal vez sea esta una pequeña huella, pero como toda huella, empieza siendo chiquita y va mutando hacia convertirse en el potencial que cada quien tiene configurado ser. Esta transformación es dinámica y puede hacerse también en grupo, lo que me deja pensando: ¿qué huella dejamos las personas en el mundo? ¿Podremos unirlas y entre todos los pies del mundo dejar una huella amable y ergonómica, o pisaremos fuerte y duro rompiendo todo lo que está debajo? Las reflexiones junto con las acciones y el tiempo, son las que responderán estas preguntas. Mientras tanto transformemos nuestras huellas para que no pesen tanto.

Maria Florencia Diaz

Lic. en Publicidad y Tec. Sup. en Publicidad y Comunicación Estratégica - Prof. en Docencia Superior.

3 años

Excelente!

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