La Inteligencia Artificial (#IA) vs. el Derecho Autor en la Industria del Libro
Si el derecho autor es la justa retribución económica para la persona creadora, ¿Cómo crees tú que se sentiría cuando se da cuenta que esa retribución se la está llevando otro?
Demás está decir que publicar un libro puede ser un proceso de años de trabajo o el resumen de una larga experiencia acumulada, por lo que no entraré a profundizar ese tema, pero cuando alguien pone en entredicho el resguardo de la propiedad intelectual y el derecho autor, me pongo alerta.
La mañana del último día del CONTEC que se realizó en Santiago de Chile este invierno del 2024 estuvo dedicada a la Inteligencia Artificial (#IA) en el lenguaje y la industria del libro, con gran énfasis en la propiedad intelectual. Me pareció ver a todos los panelistas muy optimistas con los beneficios para el ecosistema del libro, pero al ver sus biografías quedé con la impresión que ninguno era del sector creativo ni que vivía de alguna manera del derecho autor. Por un momento sentí que se presentaba al derecho de autor como una traba al acceso al conocimiento. En este invierno sudamericano mi optimismo con el futuro del trabajo de miles de personas creadoras se ha congelado.
Unos ejemplos que me llaman la atención sobre el resguardo de los derechos de autor, tecnología y legislación los comento acá.
1.- La plata se la lleva otro.
El artículo 71 k. de la ley de Propiedad Intelectual de Chile le permite a “bibliotecas y archivos que no tengan fines lucrativos podrán, sin que se requiera autorización del autor o titular, ni pago de remuneración alguna, efectuar la reproducción electrónica de obras de su colección para ser consultadas gratuita y simultáneamente”. Entonces, cualquier institución se acostumbró a comprar un ejemplar impreso para escanearlo, transformándolo en PDF para que así pueda estar para una consulta bibliográfica a las decenas de miles de usuarios.
Lo normal en todos los países es que una persona escribe un libro, una editorial invierte en publicarlo y hacer una estrategia de marketing, buscando generar ingresos para pagar esa inversión y pagar los derechos de autor a la persona que lo escribió. Solamente que en Chile eso no está ocurriendo, ya que el dinero se lo lleva la empresa que hace el escaneado y la institución que contrata el servicio se olvida del pago y resguardo del derecho de autor. Un caso reciente: el Tribunal Constitucional de Chile (máxima instancia del poder judicial) acaba de publicar una licitación (5911-8-LQ24) para que le hagan este servicio, en vez de comprar libros y pagar derechos de autor.
2.- IA en vez de ilustradores.
En la Feria del Libro de Bogotá de este 2024 tuve una reunión con el director general de una editorial de textos escolares, de un país latinoamericano, en donde me contó que todo el trabajo de los títulos publicados este año había reemplazado al equipo de ilustradores que solía contratar, por una Inteligencia artificial. Tuve la oportunidad de tomar los libros en mis manos y las ilustraciones eran pertinentes a la materia del texto y por lo demás muy atractivas.
3.- Empresas de servicios basadas en contenido de otro.
Cuando veo las suscripciones a servicios de plataformas que generan resúmenes de libros siempre me queda la duda si partieron sin autorización para generar este nuevo contenido a partir de un libro escrito por otra persona (¿pagarán algo hoy a los creadores del contenido original?). También pensaba en un servicio de talleres o cursos generados por una Inteligencia Artificial, en donde se pueden estar alimentando de bibliotecas gigantescas o de todo el catálogo de una editorial técnica. El pago de la suscripción se lo lleva la plataforma que entrega el servicio, ¿Creen ustedes que le llegue algo al creador del contenido primigenio?
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4.- Dall-E (de OpenAI) y MidJourney, ¿se quedarán con los trabajos de ilustración?
Son dos grandes plataformas generadoras que pueden entregar cientos de imágenes. ¿Les llegará algo del dinero recaudado a los cientos de miles de personas que crearon el material del cual se alimentaron para ellas aprendieran a dibujar (funciona así, cierto?)? La respuesta de ChatGPT: “No hay información oficial que indique que DALL-E o MidJourney se hayan alimentado específicamente de Getty Images. Los detalles exactos sobre los conjuntos de datos utilizados para entrenar estos modelos no siempre se divulgan públicamente debido a razones de propiedad intelectual y licencias.”
Desconozco la situación financiera de Getty Images o Shutterstock, pero algo me dice que estos días no deben ser las estrellas de la bolsa o las siguientes candidatas a transformarse en un unicornio.
De vuelta al CONTEC, en Santiago de Chile.
Cuando se abrió la ronda de preguntas luego de una mesa de conversación una ilustradora que estaba en el público expresó el miedo que tenía de quedarse sin trabajo y uno de los panelistas le respondió que debería estar optimista ya que al entrenarse y utilizar muy bien estas nuevas herramientas ella podría hacer 100 ilustraciones en el mismo tiempo que hoy le toma realizar una. No me aguanté y sin pedir la palabra grité desde mi asiento “sí! pero quién la va a contratar”. Realmente, ¿Cuántas empresas necesitan 100 ilustraciones, y que antes contrataban a una persona para ese trabajo?. Estimo que no deben ser muchas.
Me declaro un usuario intensivo de ChatGPT, promotor de la innovación y el uso de la tecnología en el ecosistema del libro. Todo esto con el fin de promover el acceso a los libros, fomentar la lectura y potenciar la publicación de nuevas obras. El derecho de autor está detrás de todo esto. Debemos educar a las nuevas generaciones sobre la propiedad intelectual para que el resguardo de los derechos de autor sea algo normal.
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Magíster en Diseño Instruccional | Doctor en Educación
5 mesesExcelente reflexión, gracias por compartirla y dar pie a un análisis muy necesario en el ámbito editorial.