La inteligencia artificial: tenemos chica nueva en la oficina
La inteligencia artificial (IA) ha irrumpido con fuerza y se ha instalado en nuestro debate cotidiano. Todo el mundo habla de ella. Unos, los más detractores, dicen que la IA no funciona del todo bien y que nunca podrá sustituir el pensamiento humano. Otros, los más entusiastas, se consagran a ella y la usan para absolutamente cualquier tarea.
Nosotros, como editorial médica, hemos apostado por ir probando e integrando diferentes herramientas de IA en nuestro trabajo diario. Somos un equipo multidisciplinar de redactores médicos, diseñadores gráficos y programadores que creemos que la IA nos brinda un amplio abanico de posibilidades que nos pueden ayudar a optimizar nuestra productividad y reducir el tiempo que actualmente dedicamos a algunas tareas.
¿Cómo sacamos partido a la IA en nuestro trabajo?
La actual revolución de la IA ha traído consigo diversas plataformas que, usadas siempre con rigor, pensamiento crítico, y, por qué no decirlo, con un poco de escepticismo; pueden llegar a convertirse en un assistant muy útil en la oficina. Tenemos a nuestra disposición el ya famoso chatGPT y su evolución a GPT-4, unos chatbots que OpenAI lanzó hace tan solo unos meses. Estos chats son capaces de mantener conversaciones con un lenguaje natural y aprender de ellas.
Nosotros, de momento, hemos “jugado” con los chats y hemos descubierto su potencial… pero también sus limitaciones. Lo que realmente convierte en útiles estas herramientas es algo tan evidente y a la vez complejo como que hay que saber usarlas bien. Hay que saber formular las preguntas adecuadas y también saber analizar las respuestas que el chat nos devuelve, contrastarlas con fuentes fiables y servirse de ellas como inspiración, nunca como si de un redactor médico automatizado se tratara.
Y es que nosotros somos quienes controlamos a la IA y no al revés. La IA se nutre de miles de millones de datos, y esto es algo que nuestro cerebro es incapaz de hacer. Pero nosotros somos quienes tenemos la experiencia y el criterio necesarios para realizar una buena curación de fuentes y contenidos, y además lo podemos aliñar todo con altas dosis de creatividad. Esto, hoy en día, la IA es incapaz de hacerlo como lo hace un profesional experto.
Otras plataformas que nos asisten en nuestro día a día hacen las veces de traductores, correctores lingüísticos, editores de imágenes, técnicos de sonido, y locutores. No obstante, como dice nuestro co-fundador Marcos Detry “la IA reemplazará mayoritariamente a las personas que no la utilicen. Estos puestos de trabajo se cubrirán con profesionales que sí que aprovechen la IA como asistente”. Consideramos que la IA tiene un largo recorrido por delante para perfeccionarse y refinarse, y estamos emocionados por ver cuál va a ser su evolución en los próximos años y qué otras mejoras va a ofrecernos en un futuro muy próximo.
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No es oro todo lo que reluce
Es bien sabido que a cualquier herramienta se le puede dar un buen o un mal uso, y eso depende exclusivamente de uno mismo. La IA no está exenta de ser un arma de doble filo: si se usa de forma responsable y dentro de un marco ético y coherente, las ventajas pueden ser infinitas; ahora bien, si se aplica de forma poco honesta, se puede caer en la trampa de la información engañosa, la vulneración de los derechos de privacidad y confidencialidad, o el plagio por IA.
Pero ¿existe actualmente un marco legal que regule el uso de la IA en el sector health? A nivel internacional, algunos países como Estados Unidos, Canadá, el Reino Unido, la Unión Europea y China ya han promulgado leyes y regulaciones para abordar aspectos específicos del uso de la inteligencia artificial en la atención médica, incluida la redacción médica asistida por IA. Estas regulaciones abarcan áreas como la privacidad y protección de datos, la aprobación y seguridad de los dispositivos médicos basados en IA, así como la responsabilidad y la ética en la toma de decisiones médicas asistidas por IA.
Sin embargo, la IA avanza a pasos agigantados y, por ende, existen muchos vacíos en los que la ley aún tiene que actuar para regular su uso. Desde ec-europe apostamos por servirnos de las ventajas que la IA ofrece, pero siempre manteniendo nuestro espíritu crítico, racional y transparente que, los que confiáis en nosotros ya conocéis 😉.
😱 Identifica el párrafo escrito con IA 😱
Y ahora, ¿eres capaz de identificar qué párrafo de este artículo no lo hemos escrito nosotros sino nuestra amiga, la IA? ¡Te leemos en comentarios!