La literatura como encuentro, autodescubrimiento y transformación

La literatura como encuentro, autodescubrimiento y transformación

La literatura no sólo informa, sino que además transforma. Leer nos impulsa a formularnos preguntas esenciales: ¿Quiénes somos? ¿Qué valoramos? ¿Cómo entendemos al otro? Este acto, que puede parecer sencillo, desarrolla nuestra conciencia crítica, nuestra sensibilidad ética y nuestra capacidad de compasión, valores que hoy son más necesarios que nunca.

La Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) es uno de los eventos culturales y literarios más importantes de Iberoamérica. Desde sus inicios, la FIL ha sido un espacio único para el diálogo entre autores, editores, académicos y lectores, promoviendo la circulación de ideas y el intercambio de conocimientos. Este encuentro trasciende el acto de adquirir libros. Representa una conexión profunda con el pensamiento y la creatividad humana. Caminar los pasillos de la FIL nos permite reflexionar sobre el impacto de la literatura en nuestras vidas, un tema que también resalta en la reciente carta del papa Francisco, quien subraya el papel crucial de las artes y las letras en la formación integral del ser humano.

En la era de la tecnología avanzada, herramientas como la inteligencia artificial han transformado nuestras formas de interactuar con la información. Estas tecnologías, aunque útiles para analizar grandes volúmenes de datos y optimizar procesos, presentan un desafío: no podemos permitir que la inmediatez digital reemplace la experiencia introspectiva y transformadora que ofrece la lectura. De acuerdo con el papa Francisco, el acto de leer una obra literaria que carece de elementos audiovisuales nos invita a vivir una experiencia integral, que involucra tanto la mente como el corazón. Este enfoque contrasta con la tendencia moderna de consumir contenidos fugaces y nos recuerda que la literatura no es sólo un entretenimiento, sino también un medio de enriquecimiento personal.

La advertencia del Papa resuena con las reflexiones de filósofos y autores clásicos. Por ejemplo, Cicerón, el gran orador romano, expresó: “Un hogar sin libros es como un cuerpo sin alma”, subrayando el valor eterno de la literatura como alimento para el espíritu.

La literatura no sólo informa, sino que además transforma. Leer nos impulsa a formularnos preguntas esenciales: ¿Quiénes somos? ¿Qué valoramos? ¿Cómo entendemos al otro? Este acto, que puede parecer sencillo, desarrolla nuestra conciencia crítica, nuestra sensibilidad ética y nuestra capacidad de compasión, valores que hoy son más necesarios que nunca. La lectura, como lo señaló Italo Calvino, es una herramienta que nos permite “ver el mundo con ojos nuevos” y nos reta a comprenderlo desde perspectivas diversas.

Además, los clásicos literarios, que han sobrevivido siglos y milenios, siguen siendo una fuente inagotable de respuestas a los dilemas actuales. Obras como La Odisea, de Homero, o Don Quijote de la Mancha, de Miguel Cervantes Saavedra nos recuerdan que, aunque cambien los contextos, las preocupaciones y aspiraciones humanas permanecen. En un mundo fragmentado por divisiones y tensiones, la literatura actúa como un puente que conecta perspectivas diversas y fomenta la empatía entre culturas.

 La FIL es mucho más que una feria de libros: es un acto colectivo que abre ventanas al universo intelectual. En cada rincón de sus pasillos se respira diversidad; los estilos, géneros y orígenes de las obras presentadas reflejan la riqueza de las expresiones humanas. Este evento, que ha consolidado un lugar privilegiado en la cultura latinoamericana, se convierte en un espacio de encuentro entre lo humano y lo espiritual.

En este sentido, la FIL comparte un sustrato común con el mensaje del papa Francisco: ambas iniciativas invitan a sumergirse en el mundo literario como una forma de autodescubrimiento y transformación.

Fomentar la lectura no es sólo una forma de enriquecer el conocimiento; es, sobre todo, una invitación a formar una sociedad más justa y comprensiva. Cuando leemos, aprendemos a cuestionar, a pensar críticamente y a dialogar con perspectivas distintas a las nuestras. En palabras de Franz Kafka: “Un libro debe ser el hacha que rompa el mar helado que hay dentro de nosotros”. La FIL nos recuerda que, al formar lectores, también formamos ciudadanos más comprometidos con el mundo que los rodea.

María de los Angeles Arriaga Moreno

Maestría en Ingeniería en Economía Circular, Ingeniero en Sistemas Computacionales, Especialista en Antropología Filosófica. Diplomado en Ciberseguridad, Marketing Digital, Design Thinking, Transf Digital Alibaba.

2 semanas

Fernanda mil gracias por tu reflexión, efectivamente, escribir o leer un libro es un acto de generosidad en dos sentidos, para el que da su voz interior y para el que la recibe. Bendiciones 🙏. Te invito a leer mi libro ELISA. Te dejo el link y te envío mensaje 🙏 Bendiciones. ELISA: RECUERDA QUIEN ERES. . . EL ECO ESCONDIDO, ENTRE LAS SOMBRAS DEL TIEMPO https://a.co/d/hQ8CF3a Esta en Amazon.

José Luis Ituarte

Gerente de Comunicación

2 semanas

Buenas reflexiones! Destaco también la importancia de promover la FIL para que siga resonando como ese gran foro de literatura en México 👏👏

Pedro Beltrán Santiago

FUNDAROR DE ESCUELAS EMPRESARIALES A.C. Y DE LA ESCUELA SUPERIOR DE VENTAS

2 semanas

Muy didáctico y profundo. Saludos y alegría de Navidad

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