“LA LUZ AL FINAL DEL TÚNEL” -El Chaquiñan-

Seguro has escuchado o dicho esa frase, pero; ¿has entrado a un túnel sin luz?

Una cosa es entrar a un túnel iluminado y otra cosa es entrar a un túnel sin luz. Incluso túneles naturales, cavernas, o túneles que por la curvatura no permitan que en un segmento exista iluminación.

Este sábado pasado salí a pedalear en el Chaquiñan y pasé por un túnel sin iluminación que he pasado varias veces antes. Algunos de ustedes lo han cruzado y probablemente se identifiquen con esta historia.

Esta vez, mientras cruzaba el túnel vino tan claro a mi mente la frase “la luz al final del túnel”.

En la historia reciente de la humanidad, creo que la pandemia COVID-19 está marcando un verdadero hito, un antes y un después. Principalmente por que fruto de la globalización, todos los países del mundo sin excepción están sufriendo sus graves consecuencias de manera simultánea y ante un enemigo desconocido y difícil de controlar. Ni siquiera las guerras mundiales afectaron a todos los países simultáneamente. Los enemigos eran “negociables”, pero con un virus que potencialmente puede afectar a cada ser humano, como se pide tregua, como se piden condiciones, no hay ejército ni diplomacia que valga, ni siquiera es una opción rendirse. Es sin duda, un tiempo oscuro.

Un túnel sin luz, es un camino desconocido, que puede inundar nuestra mente de los peores temores que podamos imaginar.

-         ¿Si me enfermo, si me despiden, si no consigo trabajo, si quiebro, si se muere un ser querido? -

Cada paso es incierto. Peor cuando es desconocido, inhóspito e impredecible. Cuando ni siquiera se ve un rayo de luz, es pura desesperanza.

Era lo habitual, un sábado soleado, un poco seco y ya tenía algunos kilómetros recorridos, la rodada de siempre, hasta que finalmente llegué al túnel.

Al ingresarlo, después de más de 6 meses (por obvias razones), esta vez lo sentí diferente. Fue inevitable relacionarlo a la pandemia.

- ¿Me detengo, avanzo o me regreso? -

A medida que avanzas la luz va desapareciendo hasta que llega un punto en el que literalmente no se ve nada y como no todos llevamos linternas, en plena oscuridad llega el momento que debes decidir: “Me detengo, retrocedo o avanzo”

Se atribuye a Einstein la frase: “La vida es como una bicicleta, para mantener equilibrio, necesitas seguir avanzando”

Me dije a mí mismo:

-         ¡Pedalea!

-         ¡Sigue!

-         ¡No te detengas que es peor!

Y la definitiva:

-         ¡YA MISMO VES LA LUZ AL FINAL DEL TÚNEL, PON TUS OJOS AHÍ Y NO DEJES DE PEDALEAR!

Lo demás de esta historia, su símil con el COVID-19 y los desafíos profesionales de cada uno se cuentan solos…

Nadie sabe a cuántos metros de terminar el túnel estamos: ¿semanas, meses o años?

Sí sé que estamos más cerca, y que, con fe, conciencia ciudadana, vacunas en fases avanzadas y desconfinamientos graduales, vemos un haz de luz al final.

De aquí en más, no dejes de pedalear, no dejes de pedalear, repito: ¡no dejes de pedalear carajo!