La materia gris y su relación con el talento

El capital humano de una empresa, la “materia gris”, es el valor más complejo de medir y en muchas ocasiones, al que menos importancia se le da. Este sentimiento de no valoración provoca en las personas desmotivación, frustración y al final, abandono del barco en busca de nuevos desafíos donde poder poner en valor todo aquello que han aprendido/mimetizado en sus años de experiencia en proyectos, durante horas de sesiones formativas o en el intercambio de conocimientos entre compañeros solventando problemas.

Para poder solventar esto, las compañías deben desarrollar herramientas (No hace falta inventar la rueda, sólo prestar atención) para descubrir donde esa materia gris que está desaprovechada para desplazarla hacia aquel hueco, tan difícil de ocupar externamente, pero tan sencillo de cubrir mirando hacia dentro, mirando hacia ese talento que tenemos en la organización. Estas herramientas, en muchos casos, ya se encuentran en la organización (evaluación del desempeño, portal de vacantes internas...o una simple charla con su jefe) pero necesitan ser “orientadas” para cumplir su función original y no para ser un mero trámite en el día a día.

Las mejores organizaciones han sabido desarrollar un sistema propio donde el talento disponible en la organización, se desplaza, se transforma y evoluciona, ajustándose a las necesidades de la organización y de la persona, cumpliendo objetivos comunes y logrando una humanización del proceso de desarrollo.

Ahora, la pregunta. ¿Es sólo responsabilidad de la organización o también de las personas? Yo, lo tengo claro, AMBOS.