La mentalidad "todo" o "nada": Un aspecto de la productividad tóxica.
El poder de una mentalidad más flexible para regular la ansiedad en una era frenética
A lo largo de mi vida he visto a personas, y me incluyo, procrastinar sus mayores sueños.
Como ya sabemos, la mayoría de las veces dejamos nuestros sueños de lado debido al miedo a fracasar. Preferimos abandonar y fracasar por anticipado, antes de intentarlo y enfrentar la incomodidad de la incertidumbre.
Muchos de mis clientes llegan a mí para cambiar sus hábitos productivos tóxicos por hábitos productivos más amables y alegres. Desean hacer el proceso de sus emprendimientos, una experiencia más placentera.
La constante impaciencia y frustración que generan en sí mismos al querer tenerlo todo resuelto lo más rápido posible, y el auto saboteo que ocurre cuando estas expectativas no son realizadas, son algunos de los hábitos productivos tóxicos más perjudiciales.
Muchas veces utilizamos la productividad tóxica para evitar fracasar. La productividad robótica sin frenos, la cual se enfoca en hacer más sin un propósito.
El problema con esta productividad es que no refleja el funcionamiento real de la vida humana.
La vida es incierta. Las cosas salen mal.
La constancia rígida es contraria a la naturaleza, a la vida. Las únicas personas completamente constantes son los muertos.
Aunque hoy en día hay mucho conocimiento para vivir una vida más “productiva”, creo que todo se reduce a adoptar una “mentalidad flexible”.
La “mentalidad flexible” consiste en combinar la planificación proactiva con la adaptación reactiva, de modo que puedas hacer progresos significativos a largo plazo y honrar tus objetivos.
Recomendado por LinkedIn
La mentalidad flexible
En lugar de tener una mentalidad fija del tipo “todo o nada”, en el que cada fracaso o acontecimiento inesperado puede afectar tu vida de forma extrema, la “mentalidad flexible” ofrece un conjunto de principios para vivir una vida de forma amable y resiliente.
“El significado que tiene una meta es sobre quién tienes que convertirte para lograrla”. Se trata de cómo te conviertes en alguien que puede realizar “acciones imperfectas” de forma constante y flexible para alcanzar un objetivo deseado. No se trata de correr 30 minutos todos los días, se trata de crear el hábito de mover tu cuerpo cuando te digas que lo harás aunque no tengas las ganas. Se trata de la relación que estás construyendo contigo mismo, el compromiso de honrar tu propia vida”.
No todos los días serán perfectos, hay días que sientes que todo va tal como lo habías planificado y hay días que no.
Tener una “mentalidad flexible” es lo que me ha ayudado a ser más amable conmigo mismo y con mi sensibilidad.
Bloqueo de tiempo consciente
Una de las mejores herramientas para practicar la “mentalidad flexible” es gestionar tu tiempo en bloques. No se trata de llenar todo tu calendario con bloques, sino que de mantener espacios vacíos de contingencia y para descansar, y bloques de tiempo para trabajar en las actividades que consideras verdaderamente importantes.
Es crucial ser flexible. Los bloques pueden moverse o acortarse. Lo ideal es no borrar nunca un bloque. Es por eso que hay que ser muy selectivo y priorizar los bloques de tiempo que pongas en tu calendario.
Por ejemplo, si surge algo inesperado, puedes:
No pasa nada cuando las cosas no salen exactamente como las habías planeado. El éxito a largo plazo no proviene del resultado perfecto de cada actividad que hagas, ya que es imposible. El éxito a largo plazo proviene del resultado de mostrarse consistente con una “mentalidad flexible” a lo largo del tiempo. Y eso solo es posible si aceptamos y entendemos el funcionamiento real de la vida humana.