La panameña que lleva la batuta en Bayer
Roberto Cisneros/La Prensa

La panameña que lleva la batuta en Bayer

Panamá, Cuba, República Dominicana y las islas del Caribe son países liderados de forma estratégica por Edith Araúz, gerente de la compañía farmacéutica.

El dinámico mercado de Centroamérica y el Caribe llevó a la multinacional farmacéutica Bayer a segmentar sus operaciones en clusters regionales, la parte norte y la caribeña. Esta clasificación abrió la oportunidad de fichar a la persona responsable de Panamá, Cuba, República Dominicana y las islas caribeñas.

En una suerte de “Mundial” del talento interno con competidores de todos los países, la panameña Edith Aráuz se presentó sin dudarlo en el proceso de selección del nuevo director regional de la farmacéutica, de la que forma parte hace más de seis años. La panameña ocupa desde entonces la posición de gerente país Panamá y lidera varios proyectos.

“Cuando se decidió hacer una transformación de la empresa, y como en Panamá pertenecemos a la región de Centroamérica y el Caribe, participé en un proceso en el que tuve que competir con otros profesionales a nivel global. Se me dio la oportunidad de asumir la dirección general del cluster del Caribe, es un gran desafío y una oportunidad única”. Araúz es panameña de pura cepa. Estudió en la Universidad de Panamá y se graduó como licenciada en contabilidad. Posee además una maestría en gerencia administrativa de negocios de la ADEN Business School.

Su carrera en Bayer se inició en abril de 2012, tras su vinculación con Maersk Line por casi 10 años en las áreas de contabilidad y contraloría. En la naviera llegó a dirigir el área financiera local y regional.

Con el viento a favor levó anclas para embarcarse en la industria farmacéutica. “Se trata de un sector en el que el contacto humano es fundamental y la salud, una prioridad”. En su rol como gerente directora de Panamá, República Dominicana, Cuba y varias de las islas del Caribe, a cargo de un equipo de más de 180 personas, Araúz lidera y coordina las estrategias e iniciativas del negocio trazadas de manera global, para que estas lleguen a la región y se apliquen de forma efectiva.

Uno de los retos radica en llevar la batuta de una región tan similar por su cultura caribeña, pero tan variopinta en tendencias de consumo y demanda de productos y necesidades en salud como de regulaciones internas.

Conocer los mercados en detalle, cumplir con las normativas y regulaciones internas y hacer seguimiento al cumplimiento de los objetivos de negocio, forman parte de las funciones de esta estratega panameña, además de impulsar acciones de responsabilidad social y de soporte a las necesidades locales de cada uno de los países.

“Es un trabajo de cambiarme el sombrero y ponerme el de cada país. En Panamá el mercado es particular, con ciertos productos insignia; pero en Cuba, por ejemplo, la gran demanda es de productos agrícolas de Bayer. En República Dominicana el principal negocio es el de productos farmacéuticos”.

Bayer en Panamá tiene más de 100 años de historia, primero como una representación comercial, y desde 2012 con un hub logístico de distribución para atender a 29 países de la región desde la Zona Libre de Colón. “Atendemos todo Centroamérica, las 23 islas del Caribe y a algunos países de Suramérica. Es una operación que estratégicamente se ha coordinado desde Panamá por todos los beneficios logísticos y de conectividad aérea, marítima y terrestre que ofrece el país y la ZLC”.

La operación de distribución descrita abarca productos de salud, medicamentos con prescripción y de consumo masivo y próximamente, el área de sanidad animal desde el istmo.

El norte del negocio en la región, precisa Araúz, es aplicar la ciencia para mejorar la vida de las personas a través de productos innovadores. “El reto del acceso al medicamento y el poder proporcionar alimentos con calidad forman parte del ADN de Bayer. En el área de salud contribuimos con medicamentos de alta calidad y en el área de alimentación con el portafolio de productos innovadores agrícolas y de protección agrícola y animal”.

Edith Araúz analiza el futuro de Panamá y de su capital humano, siendo un vivo ejemplo del potencial que tiene el istmo y su gente no solo para llevar las riendas de un país, sino para asumir gerencias regionales de gran impacto. “Hay muchas oportunidades y es fundamental que se preparen los jóvenes. Las oportunidades solo llegan una vez y si no se está preparado, otros tomarán el lugar”.

Precisa que es hora de que las carreras técnicas sean más valoradas por los estudiantes. “Hay que seguir estudiando. No se trata de solo obtener un título; la capacitación es continua, la tendencia global es actualizarse siempre, no parar de aprender”.

Sostiene que aunque en los últimos años las carreras de abogado e ingeniero civil predominaron en el mercado, hay una escasez de talento en áreas técnicas como electricidad, sistemas, aeronáutica, albañilería, entre otros oficios en los que los jóvenes panameños deben prepararse. 

“¿Por qué no tener, además de una licenciatura, una carrera técnica? No nos podemos limitar, el principal obstáculo muchas veces es uno mismo y nos excusamos con que no tenemos tiempo, pero el tiempo debemos sacarlo”.

A pocos metros de la sede de Bayer en la avenida Domingo Díaz, en la vía hacia Tocumen, se construye el Instituto Técnico Superior Especializado. Araúz califica este proyecto como una oportunidad para la mano de obra local. “Es un gran paso. Es necesario que el país cuente con los técnicos que se requieren en el sector logístico y marítimo y en otras áreas como la aeronáutica, el turismo”.

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