La ruta de la innovación
El siguiente artículo es de mi autoría y fue escrito en el marco del programa Voucher de innovación de la Cámara de comercio de Bogotá.
La innovación es un proceso en donde las organizaciones generan valor a partir de la aplicación de conocimiento atendiendo un propósito existente y dentro de un marco de sostenibilidad.
Las palabras claves del concepto (valor, propósito y sostenibilidad), estan relacionadas de manera directa con el quehacer diario de los negocios, pues al final, el propósito de estos es generar valor para sus clientes de manera sostenible.
Desde que la innovación se convirtió en fuente de creación de valor agregado y competitividad para las empresas, el concepto se ha convertido en el santo grial del actuar gerencial actual. La mayoría de las grandes innovaciones (o por lo menos las más publicitadas), han estado representada en cabezas individuales. Personas especiales, en algunos casos con personalidades excéntricas y por lo menos alejadas del estándar común, que en nuestra imaginación se han convertido en gurúes y/o dueños de algún tipo de conexión especial con temas que no son de manejo diario del común de los mortales.
Adicionalmente, la psicología tradicional ha mencionado que son poseedores y poseedoras de algún tipo de extroversión o introversión, imaginación ilimitada, curiosidad total hacia la experimentación y un total desinterés por la opinión de los demás. Nos hemos convencido que las mentes de estas personalidades especiales, al funcionar de una manera diferente, permiten que surjan alucinaciones, visiones e iluminaciones que toman forma de ideas y terminan convertidas en productos y servicios novedosos para un mercado hambriento y repleto de dólares.
Sin embargo, y para alivio de emprendedores y empresarios, no hay nada más alejado de la realidad. Como la historia personal de estos mismos innovadores y gurúes ha demostrado que
Innovar es un proceso creativo que poco tiene que ver con ideas geniales, y mucho con observar con rigor y disciplina nuestro entorno para encontrar soluciones rentables y sostenibles a nuestros problemas, retos y necesidades
(Jorge Gonzales / Think & Sell)
Cuando revisamos la historia personal de los creadores (empresas y personas) de las más exitosas y revolucionarias innovaciones del mundo, nos encontramos con procesos formales e informales, llevados a cabo sistemática y perseverantemente. Impulsados por el deseo de transformar, cambiar, mejorar, conquistar y, definitivamente, tener éxito en su cometido, estas organizaciones y personas han implementado una serie de actividades que a primera vista parecen no responder a un patrón establecido o por lo menos común, pero que cuenta con la similaridad particular que consiste en observar constante y neciamente el entorno y proyectar una visión futura del mismo.
En los años 60, en los albores del marketing como oficio profesional, el Profesor Theodore Levitt escribió el que sería la primera lectura para todos aquellos que emprendimos el camino del mercadeo como oficio: La miopía del marketing. En resumidas cuentas, el profesor Levitt criticaba la metodología del marketing en aquella época (con énfasis en el desarrollo y mejoramiento de productos y ventas a presión) y proponía que la visión de las organizaciones debería centrarse en la solución de necesidades de aquellos que deseaban convertir en sus clientes.
Y esta es una lección que, tal vez de manera natural, los grandes innovadores han seguido al pie de la letra y han aplicado llevándola a los límites que les permite su imaginación.
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El primer paso de la ruta de la innovación consiste en la observación constante de las condiciones y contexto del entorno y la forma en el que la sociedad y sus integrantes satisfacen sus necesidades.
De esta manera, alcanzan un entendimiento natural del mercado, sus necesidades y satisfactores, más allá del que un estudio de mercado o análisis frio de datos pueda ofrecerles. La compenetración con las necesidades de su entorno y la comprensión de las fuerzas dinámicas de su mercado, les facilitan también dar el segundo paso en la ruta de la innovación: Imaginar mundos factibles. Mundos donde las necesidades
De esta manera se responden preguntas entre las cuales están:
Conociendo la respuesta a estas preguntas, y en observación constante del entorno, es posible detectar las oportunidades que el mismo mercado presenta y que pueden definir el camino al desarrollo de nuevos productos, servicios, modelos de negocio y/o mercados para el empresario innovador.
Para tomar la ruta de la innovación se necesita entonces, adoptar la innovación como un proceso, formal y establecido dentro de la organización y, por qué no del empresario mismo. El equipo directivo de la empresa debe integrar como un compromiso la observación constante del entorno empresarial, del mercado, del comportamiento de la sociedad y su relación con el negocio en el cual se desenvuelve la empresa. De esta manera y con un ejercicio creativo enfocado en la detección de oportunidades del mercado, se darán los primeros pasos para el desarrollo de productos, servicios y modelos de negocio innovadores y, lo más importante, exitosos comercialmente.
La otra opción es seguir buscando, infructuosamente, un gurú.
Hugo Alexander Acevedo Vega
Acevedo Marketing