La Sociedad actual presenta, de manera cada vez más acentuada, diferencias entre sectores “ricos” y “pobres” que aparecerían como solamente económicas
La Iglesia Católica llevara adelante la IV Jornada Mundial de los Pobres el próximo 15 de noviembre de 2020.
Entonces me pregunto, ¿por dónde comenzar la lucha contra la Pobreza? ¿En qué órgano duele más la pobreza, en el estómago, en el cerebro, en el corazón? ¿Desde cuando una persona deja de ser pobre?
Los diccionarios definen la pobreza como 1. adj. Necesitado, que no tiene lo necesario para vivir. 2. adj. Escaso, insuficiente. 3. adj. Humilde, de poco valor o entidad. 4. adj. Infeliz, desdichado y triste. 5. adj. Pacífico, quieto y de buen genio e intención. 6. adj. Corto de ánimo y espíritu. 7. mendigo.
Muchas personalidades de nuestro país y el mundo abordan esta problemática, tan antigua como la humanidad, aportando visiones, ideas, potenciales soluciones que nunca llegan. Caminar las calles de los barrios más pobres nos muestran esto y más. Es así como pregunto ¿en qué órgano impacta más la pobreza? ¿en el estómago, con alimentación de menor cantidad y calidad?, ¿en el cerebro, ya que como sabemos la alimentación, especialmente en los primeros años de vida, es crucial para la formación neurológica, y afecta el intelecto y la mentalidad de la persona?, ¿en el corazón, tanto como órgano físico, con potenciales patologías cardiológicas (y orgánicas en general), como en el sentimiento de la persona?
Como complemento a estas circunstancias se suma el concepto, relativamente nuevo, de la aporofobia (del gr. ἄπορος áporos 'carente de recursos' y -fobia, término acuñado por la filósofa española A. Cortina) que significa fobia a las personas pobres o desfavorecidas. El efecto más negativo de la pobreza es el que impacta en la dignidad de la persona, y el problema es cuando se aloja en el ADN de la población.
Monseñor Gustavo Carrara, Obispo Auxiliar de Buenos Aires, en diálogo con el programa Caminos de Encuentro, afirma que “No son entonces asistidos (los pobres de una comunidad) sino que son miembros sufrientes de nuestra comunidad y frente a un hermano, una hermana que toca la puerta de nuestra comunidad no deberíamos preguntarle quien te recomienda, que religión tenés sino sobre todo estar atentos y preguntar en todo caso cuál es tu sufrimiento, cuál es tu dolor o como Jesús que ante el ciego tirado al borde del camino, lo primero que dijo es “¿Qué queréis que haga por vos?”