la sutil barrera entre pasión y empecinamiento
juan josé romero crusat
Desarrollo de modelos de negocio y posicionamiento estratégico para startups. Founder en Suma Importancia | Elevado a Ene | Venture Factory | Casa de los Cactus · Business Angel
¡Eh! ¿Mande? ¿La pasión como enemiga? Sí, así es; la pasión puede ser el mejor aliado de un emprendedor pero también su mayor enemigo. La línea es tan sutil que uno no sabe de qué lado se encuentra. Veamos...
El emprendimiento es una montaña rusa de emociones; tan pronto uno se ilusiona porque algo sale bien y se percibe la meta, como al día siguiente algo se tuerce y se comienza a dudar de las capacidades. La pasión juega un papel muy importante en este segundo caso, cuando algo sale mal y emerge la intención de abandonar.
Pasión y resiliencia van de la mano y operan en la misma dirección; cuanto mayor es la primera, mayor es la segunda. Y viceversa. Analizado de este modo la conclusión parece clara: es muy positivo vivir con pasión cualquier emprendimiento porque la pasión es el bastón que ayuda a levantarse tras cada caída.
Pero la pasión también tiene su lado negativo; llega a ser el enemigo que nubla la realidad y anula el sentido común. Todos los proyectos arrancan con debilidades que conviene corregir. Así lo vemos los mentores desde fuera, pero cuando trasladamos nuestro punto de vista a un emprendedor apasionado no siempre logramos que las debilidades sean asumidas. Muchos emprendedores entienden esas advertencias como ataques a su proyecto y las desprecian. La pasión por sacar adelante su iniciativa es de tal magnitud que minimizan las debilidades y maximizan las fortalezas sin que haya razón para ello. Se pierde el sentido común, vamos.
Es cierto que los consultores no tenemos la verdad absoluta y a veces vemos problemas que luego no son tan severos; pero hay que reconocer que la experiencia es un grado y que las cosas que sugerimos, si están bien fundamentadas y vienen avaladas por evidencias, deberían ser tomadas en cuenta. No para paralizar un proyecto, ojo, que no se transmiten con esa intención. Pero sí para repensar las cosas, analizarlas y plantear alternativas si lo que se pone sobre la mesa puede suponer una zancadilla severa.
Así de complicado es el asunto de la pasión; ¿qué hacemos con ella? Todo parece indicar que tener un buen nivel de pasión es muy positivo, pero la pasión desmedida (léase, el empecinamiento) que marca un camino ilógico y no acepta apreciaciones en su contra, puede ser otro de los grandes enemigos del emprendedor. ¿Lo ves así?
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10 mesesPara mí la pasión es necesaria pero no suficiente. Es clave poder dotar a esa pasión de un modelo de negocio capaz de generar ventas rentables y sostenibles en el tiempo. En caso contrario tendremos un hobby, no un negocio. Y con el riesgo de acabar frustrándonos.