La transformación de las empresas es una transformación de personas

Si hay un término que sale en todas las conversaciones y es lugar común de jornadas, artículos y discusiones sin duda es el de la transformación. Todos tenemos claro que esta transformación viene provocada por el cambio tecnológico que afecta a todas las empresas y a todos los sectores en mayor o menor medida, o mejor dicho con mayor o menor sentido de urgencia. Esta tecnología persigue conseguir un mayor conocimiento del cliente que permita ofrecerle una personalización que haga que mejore la experiencia que ese cliente vive con nuestros productos o servicios. Tecnología, personalización, experiencia sería la rueda secuencial.

Pero lo que a veces parece olvidarse es que si bien es verdad que la tecnología es el punto de inflexión que nos obliga a transformarnos, el sujeto de la frase, el impacto y lo que debe ser el centro de nuestros esfuerzos es la transformación de las personas. Serán estas las que transformen el negocio. Pero no al revés.

Transformar a las personas individualmente es muy difícil, imposible dependiendo del tamaño de la organización. Por ello, si queremos transformar a esas personas tendremos que actuar sobre los usos y costumbres por los que se rigen, que pueden incluso estar por encima de los procesos y procedimientos formales, y que forman la cultura de la empresa entendida como the way we do things here. Y si queremos evolucionar, cambiar, hacer las cosas distintas tendremos que conseguir, si es necesario (y lo será seguro) evolucionar primero la cultura de la empresa.

Todas las empresas tienen una cultura, escrita o no, que es la que marca lo que puedes y lo que no puedes hacer. Por supuesto que esa cultura no es inamovible. Ejemplos de evolución y mejora hay muchos pero de bloqueo de grandes proyectos por chocar con la cultura también. Es famosa la cita de Peter Drucker 'Culture eats strategy for breakfast'.

Pero hay dos buenas noticias:

La primera es que si consigues tener la cultura de empresa apropiada y a tus equipos alineados con esa cultura tendrás un valor añadido absolutamente diferencial e imposible de copiar. Cualquier idea, negocio o tecnología se puede copiar. Pero la cultura, si es, ha de ser genuina, y por ello si se intenta copiar y pegar en un suelo que no es el suyo no arraigará y se secará.

La segunda es que esto no es magia, no es fruto de la casualidad o de la suerte. Hay métodos, técnicas, y procesos que te pueden ayudar.

En resumen, con un proyecto bien definido (el qué), la gente adecuada, bien formada y con ilusión (que son el quien y el cómo), con una razón, un motivo de ser (por qué estás haciendo lo que estás haciendo), y por último, con una miajita de arte, conviertes cualquier empresa en un cohete imparable.

Si hay un sector en España donde esto es crítico ahora mismo es sin duda el del turismo, con 82 millones de turistas en 2017 que se han gastado 87KM€ y que genera casi 3M de empleos. Y dentro de él, el sector del viaje de negocios, en el que CWT lidera esta transformación con la estrategia 3.0.