La validación de hipótesis falsas y la genialidad del error
A mi me enseñaron que equivocarme era malo y que el error se castigaba. Crecí en una época en la que fallar no era opción. Había que evitarlo a toda costa. Culturalmente, reprobar una asignatura, una tarea, un examen, era mal visto. Levantar la mano para participar en clase y decir algo falso generaba de inmediato un gesto reprobatorio en el profesor. El "hacer las cosas bien a la primera" era un gran valor, culturalmente hablando.
Hoy esos modelos de actuación carecen por completo de competitividad, desde la perspectiva académica, laboral y empresarial. Equivocarse mucho, y muy rápido, validar la existencia de hipótesis falsas en las etapas tempranas de cualquier emprendimiento, aprender de cada error y construir a partir de todas nuestros fallos es en cambio un camino genial que dirige hacia el autoconocimiento, la productividad y el éxito continuo.
Me costó mucho primero entender este concepto. Después, aceptarlo. Luego, aplicarlo, y ahora, enseñarlo con mis clientes. Sin embargo, es verdaderamente satisfactorio observar cómo el proceso transformador que genera una perspectiva diferente hacia el error y las hipótesis falsas se deriva en una serie de eventos concatenados que finalmente generan innovación y crecimiento tanto en las personas como en sus organizaciones.
Y tú: ¿qué actitud tienes ante tus propios errores y los de los demás?
Escríbeme, y platicamos a fondo este tema.
Director de retail | Comercialización | Expansión l Estandarización de operaciones | Servicio excepcional | Incremento de ventas | Incremento de rentabilidad | Formación de equipos
2 añosQue gran ruptura de paradigma: El "hacer las cosas bien a la primera" era un gran valor y una práctica común culturalmente hablando.