Las arrugas de los ojos
Muchas reflexiones nos está dando la pandemia, no le voy a llamar maestra, sino más bien facilitadora, ya que propicia cambios internos a quién esté abierto a ellos.
Y con las arrugas de los ojos, patas de gallo incluidas, sucede tal cual.
Cada vez que vamos al supermercado, al banco, o cualquier lugar público muy transitado, o nos encontramos con alguien por la calle, siempre manteniendo los 2 metros de salubridad, sucede algo nuevo.
Como la gran mayoría lleva mascarilla, la sonrisa no está a la vista, por lo que es el área de los ojos la que tiene todo el protagonismo.
Y son ellos, los ojos, quienes expresan lo que la boca no puede; la sonrisa, la risa y la sorpresa.
Y así, cuanto más queden marcadas las patas de gallo y más “achinados” los ojos estamos sonriendo o riendo.
Y si las cejas suben y los ojos se agrandan en todo su esplendor, sorpresa!
Quién iba a imaginar que en el año 2020 unas arrugas marcadas nos iban a servir para comunicarnos eficientemente, y con total espontaneidad.
Por lo tanto invito a los lectores a reprogramar la percepción de sus arrugas y patas de gallo y añadirlas en la carpeta mental: sonrisas, risas y sorpresas.
Como dijo la actriz Anna Magnani “Déjenme todas las arrugas, no me quiten ni una, he tardado una vida para procurármelas”
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