Las competencias sociales un aprendizaje primordial para la vida

¿Has escuchado esa consigna que dice “té contratan por tu capacidad y te despiden por tu carácter”?...

 La pura y santa verdad, hoy adquirir conocimientos en cualquier ámbito es fácil y asequible para todos, pero lo que necesitamos hoy para poder tener buenas relaciones interpersonales es haber desarrollado competencias o habilidades sociales, esas a las que hace un tiempo mal llamábamos habilidades blandas.

De blandas no tienen nada, son competencias importantes para lograr un bienestar emocional personal y colectivo en los diferentes ámbitos de la vida y que mejor que aprender estas competencias desde la primera infancia.

Competencias sociales es la tercera competencia para trabajar en nuestro Plan de Aprendizaje socioemocional en nuestro colegio y al igual que todas las competencias requieren de un trabajo continuo y apoyo de los modeladores emocionales que son todos los adultos que comparten con los niños y niñas.

Hoy el desarrollar empatía, respeto, trabajo colaborativo, lenguaje asertivo, etc., son aprendizajes primordiales para la vida. La falta de estas competencias te puede llevar a el aislamiento, baja autoestima, soledad, etc.

¿Y cómo puedo acompañar este proceso en los niños y niñas?

El contexto escolar es un ambiente riquísimo para practicar estas habilidades, lo primordial para partir es proporcionarles: un ambiente seguro, de validación y confianza y así podremos como docentes guiar estas competencias.

“Se trata de interactuar en un entorno social donde puedan conversar, compartir experiencias y tener oportunidades de participar y aprender. De esta manera, las habilidades sociales en niños se desarrollan de manera natural. Ello les provee de iniciativa para jugar y trabajar con los demás” (Medline Plus, 2018).

En mi opinión una de las principales herramientas que tenemos los docentes es la vinculación, esto permite que te escuchen. Luego, no dejar pasar las situaciones cotidianas, por muy pequeña que esta sea, darte el tiempo de hablarles, escucharlos y permitir que reflexionen sobre lo ocurrido. Si tienes que parar una clase, un juego o un momento cualquiera, hazlo, estos momentos pueden ser valiosos en su formación emocional. Y por último no olvidarte que tus propias conductas modelan las de quienes te observan.

Para terminar, les recomiendo un texto muy didáctico para comenzar con los más pequeños:

·         Cuaderno de habilidades sociales, Programa de educación para la convivencia, (Alberto Acosta, Jesús López Megías, Ignacio Segura y Emiliano Rodríguez).


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